La tropa de ferrolanos amargados-( Enrique Barrera Beitia )

Enrique Barrera Beitia
Con motivo de la botadura de la última fragata estuvieron presentes el presidente Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, vicepresidenta y ministra de Trabajo, detalle protocolario que molestó a cierto número de ferrolanos, por lo que decidí publicar en mi Facebook una nota que decía “Parece que hay ferrolanos molestos porque en la botadura de la fragata, están presentes los políticos que han permitido su construcción”. El resultado fue otra andanada de insultos y protestas.

Había quien decía que los barcos no los ha hecho el gobierno sino los contribuyentes, pero también pagábamos impuestos con Rajoy y no veíamos ningún barco en las gradas. Otro afirmaba que el gobierno no tenía nada que ver y que los barcos se habían hecho porque “eran necesarios”, una conclusión lógica porque no es normal hacer cosas innecesarias. Otro afirmaba que por culpa de “perrosanxe” habíamos perdido un pedido de 29 “destructores” con EE.UU, noticia que desconocíamos en estos lares, y así varios, incluyendo los que mostraban un exagerado empeño en que el presidente consumiera más fruta.

Días más tarde, Yolanda Díaz regresó a Ferrol para inaugurar la reforma del local de CC.OO, y de paso girar una visita institucional al concello. También aprovechó para anunciar la ayuda de su ministerio a la rehabilitación de la casa de Ricardo Carvalho Calero y la tramitación legislativa del registro horario por vía de urgencia, porque ya saben que hay muchas horas extraordinarias que no se abonan. Hay un vídeo donde se ve al alcalde saliendo al encuentro de la ministra en la calle Real y saludarla cordialmente, lo que reavivó la indignación de cierta parroquia ferrolana proclamando que el alcalde tenía que expulsarla de la ciudad, mientras que otros criticaban que lucía “otro modelito”, aunque no indicaban cómo debe vestir una ministra de izquierda tirando a comunista.

Aunque el recuento de los emoticonos mostraba una mayoría favorable a la presencia de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en la botadura, y a la posterior recepción de ésta en el concello, los comentarios eran mayoritariamente críticos y casi siempre en un tono muy faltón, de lo que cabe deducir que tenemos en la ciudad una considerable tropa de amargados. No creo que sea por la frustración de pérdida de poder o estatus, algo que es comprensible en los altos niveles políticos porque son ya más de siete años seguidos con el rojerío gobernando, pero no a nivel de una ciudadanía que reside en una ciudad donde gracias a los pedidos navales, se vive un renacimiento demográfico y económico, y donde gracias a los acuerdos con el gobierno central se han realizado o se realizarán obras de enorme impacto visual, como la de la avenida de As Pías y el derribo de la muralla del Arsenal.

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