José Carlos Enríquez Díaz
No engañan a nadie, en el PSOE de Ferrol dejan las sillas en plena calle con un cartel que dice que lleven de todo menos la silla… ni como los malos estudiantes que trabajan la víspera del examen. Ellos ni en víspera de elecciones… Lo más grave es que algunos creen seriamente que pueden obtener un buen resultado y apelan a la pésima gestión de quienes gobiernan para demostrar su razón. Son los mismos que cuando pierden terminan culpando a la gente que no los escuchó, que es ignorante, que no sabe votar y que se merece ser gobernada por los que están.
La chapuza es el estado natural del ser humano… Suponer que se puede hacer trastabillar en las urnas al adversario con un golpe de suerte es una muestra de absoluta ingenuidad y de escaso realismo, pero expone con claridad lo que sucede en esta era tan compleja. El presente no es sólo responsabilidad de los que ostentan el mando y fueron seleccionados para conducir en esta coyuntura, sino también y casi en idénticas proporciones, por los ineptos que jamás triunfarán porque no tienen, ni siquiera, la capacidad de aprender de sus elocuentes tropiezos.
Así, pues, la desidia puede asociarse a la dejadez, la indolencia, la desgana, el desinterés, la holgazanería, la pasividad y la vagancia que un individuo manifieste frente a una determinada situación.
La noción de desidia también puede estar vinculada al abandono, la desatención y las faltas en el cumplimiento de una obligación. Lo que importa es afianzar la silla, «sin que nos la lleven» como dice el papelito,… nombrando candidatos por lealtad, no capacidad.
El mundo no requiere de vividores, sino de gentes siempre en guardia, dispuestos servir a los demás y no a servirse de ellos. Los liderazgos tienen que ganar autoridad ejemplarizando su propia vida.
Con esta clase de políticos damos también por descontado que nos tocará sufrir buenas dosis de engaño, porque en eso consiste su profesión. Prometen e incumplen, anuncian y postergan, ocultan sus intenciones y juran en falso. Pero, claro, todo tiene su límite, del mismo modo que a la quinta vez que el pedigüeño nos suelta la misma trola, es probable que le neguemos la ayuda y le pidamos que haga por inventarse otra historia.
La política va de ganar el poder y mantenerlo, ya lo dijo Maquiavelo… es importante reconocer que la política se ha convertido en una carrera en la que ganar y mantener el poder parece ser el objetivo principal. En esta búsqueda desesperada de mantenerse en la cima, muchos políticos están dispuestos a hacer cualquier cosa, incluso mentir descaradamente a sus electores. Estas mentiras van desde promesas vacías de campaña hasta la manipulación de datos y estadísticas para mostrar un panorama más favorable de su gestión. Todo esto, en última instancia, mina la confianza de los ciudadanos en sus líderes.
Sin embargo, es importante recordar que no todos los políticos son iguales. Aunque haya quienes se dedican a engañar y manipular, también existen líderes honestos y comprometidos que realmente buscan el bienestar de sus ciudadanos. Es fundamental reconocer y apoyar a aquellos políticos que actúan con integridad y transparencia, y promover una cultura política en la que la honestidad y el servicio al pueblo sean los valores fundamentales.
Además, como ciudadanos, también tenemos un papel importante que desempeñar en este escenario. Debemos ser críticos y exigentes con nuestros líderes políticos, no aceptando pasivamente las mentiras y las promesas vacías.
No olvidemos que para Ángel Mato en su tiempo de senador una de sus mayores preocupaciones fue recurrir a la anulación de votos que dio la victoria a Sestayo en el PSOE de Ferrol en el 2018. Mientras Beatriz Sestayo revalidaba su cargo de secretaria general del partido al conseguir solo un voto más que el otro candidato, senador Ángel Mato, anunciaba que iba a recurrir el acta de la asamblea.
El problema es que mientras en el PSOE se dedican a estas conspiraciones de salón, desatienden su principal obligación, que es representar a los ciudadanos en las instituciones y gestionar -los que estén en responsabilidades de gobierno- los asuntos públicos. El día tiene las horas contadas y todo esfuerzo que se dedique a las pugnas internas se le resta a hacer política con mayúscula, a trabajar por el bien común. Esto es algo que deberíamos tener muy en cuenta los ciudadanos.
Así son algunos partidos políticos. En lugar de gastar su energía en servir a los ciudadanos la malgastan en luchas intestinas entre presuntos compañeros que en realidad sólo son arribistas obsesionados por el poder y las prebendas que conlleva. La búsqueda del interés general de cada uno de ellos es un interés muy particular: el suyo propio.
El sainete que arman para reposicionarse políticamente no está centrado en planteamientos serios que demuestren una visión integral de la problemática que enfrentamos los ferrolanos, ni existe una propuesta clara del rumbo que se quiere trazar. Lo que abundan son los golpes bajos, las descalificaciones, los denuestos, las bravuconadas y los mensajes huecos que proliferan en las redes sociales.
Padecimos con el PSOE de Ferrol a una clase política que no ha tenido altura de miras, que quedó atrapada en la politiquería, en un discurso ramplón, que carece de contenido y que solo repite clichés, que son propios de personajes grilleros que no cuentan con una formación política, ni mucho menos se guían por la ética y los valores de la democracia.
Y repito, ejemplo de dejadez…el de la silla.
Hace mucho que está instalado en la desidia, José Carlos, y lo que le queda.
Buen artículo, pero a ver si cumple con la promesa de hormigonar el aparcamiento de la explanada del cuartel de infantería Mérida 44.