«Oportunismo político y cinismo: el doble rasero»-(José L. Álvarez)

José Luís Álvarez

En la política, hay límites que, por decencia, nunca deberían cruzarse. Uno de ellos es aprovechar el dolor ajeno para ganar puntos en la arena pública. Sin embargo el portavoz del PSOE en Ferrol y exalcalde, parece haber olvidado esta frontera moral al utilizar una tragedia que afectó a una menor para apuntalar su discurso político.

El gesto, más allá del contenido o del contexto, huele a oportunismo del más rancio. La ciudadanía está harta de políticos que no distinguen entre la legítima crítica y el uso obsceno de una desgracia para erosionar al adversario. En este caso, además, resulta especialmente hiriente porque proviene de alguien que en su mandato fue implacable con quienes actuaban desde la emoción o la opinión personal dentro del gobierno municipal.

Conviene recordar un episodio muy ilustrativo: la dimisión de Teresa Deus como concejala durante el gobierno anterior. Deus, reconocida por su compromiso y su cercanía con la ciudadanía, se vio forzada a dejar su cargo debido a las formas autoritarias y la falta de empatía política del hoy ex alcalde. Él, que ahora se muestra tan sensible ante una tragedia ajena, no tuvo reparos entonces en asfixiar internamente a miembros de su propio equipo por expresarse con libertad o por disentir mínimamente de la línea oficial.

Este doble rasero no es nuevo, pero sí especialmente lamentable cuando la ética y la humanidad deberían primar sobre el rédito político. Que el ex alcalde señale con el dedo y se erija en portavoz de la sensibilidad colectiva, cuando no dudó en minar a una compañera por motivos mucho más banales, revela no sólo cinismo, sino una falta de coherencia preocupante.

El dolor de una familia, de una comunidad, no puede ni debe utilizarse como ariete político. Si verdaderamente se pretende mejorar algo —en seguridad, en política social, en protección infantil— se hace desde la propuesta, el trabajo técnico y el consenso, no desde el foco mediático o el tuit oportuno.

Ferrol merece una oposición rigurosa, sí, pero también honesta. Lo que no necesita es más teatro político a costa de los que sufren.

Se nota que para tratar de asegurarse un puesto..creo que muy lejano porque los ciudadanos no son tontos..hay últimamente mucha nota de prensa y muchas mociones. 

Lincoln decía que al pueblo se le puede engañar una o dos veces, pero no para siempre.

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