Este edificio del Inferniño en donde se ubica el Centro Cultural «Carvalho Calero» está lleno de cubos para recoger el líquido de las goteras por donde entra el agua o resbala por las paredes desde la cubierta, además de hacer que el suelo resbaladizo se convierta en un peligro para los visitantes.
Los lugares donde se realizan la mayoría de las actividades todavía no tienen ese problema pero para llegar a ellos los visitantes deben sortear innumerables cubos de agua. De todos modos ya fue necesario, como se observa en la gráfica proteger algún material tapándolo con plásticos.
En el Carvalho Calero participan más de 300 personas en las distintas actividades que organiza la asociación de vecinos, así como ciclos de cine y exposiciones, con lo que cada vez es más probable que cualquier persona tenga un accidente.
Inaugurado en 1993 y reformado hace unos diez años, este edificio sigue con los mismos problemas que aparecieron por aquel entonces.
Somos el Ferrol de las eternas goteras y las eternas chapuzas. Los edificios municipales son una ruina. Falta de mantenimiento en limpieza y reparación de tejado, ascensores, etc.