Un nuevo trabajo de los integrantes de Foro de Amigos de Ferrol, muestra en Galicia Ártabra Digital un tema muy relacionado con la historia moderna de la ciudad, el Patrimonio Industrial abandonado.
El Patrimonio Cultural integra una serie de obras de interés, que reflejando la historia, el trabajo y el modo de vida de los habitantes de un lugar, sitúan al hombre delante de sus auténticas raíces sociales y culturales. Dentro del Patrimonio Cultural se incluye hoy de forma específica el Patrimonio Industrial, poniendo en valor los bienes materiales e inmateriales que puedan ser relevantes en materia científica e técnica.
Desde el siglo XVIII se asentó en Ferrol una industria de la construcción naval que originó una específica cultura de trabajo y llevó al desarrollo económico de la ciudad y su comarca. A pesar de este monocultivo industrial durante el siglo XX se formó un tejido de nuevas empresas, unas relacionadas con la industria naval y otras independientes, todas ellas de fuerte raigambre en la urbe, casos de la Pysbe, Fenya, Peninsular Maderera o las fábricas de jabones Beceiro y de lápices Hispania, en un proceso que aunque no logró la consolidación de una estructura diversificada de la industria, trajo consigo la creación de un importante número de puestos de trabajo.
Prácticamente todas estas instalaciones industriales fueron desapareciendo con el tiempo, no quedando restos materiales de su existencia al ser derribados las construcciones que las albergaban en el último tercio del siglo XX y principios del siglo XXI, algunas de ellas de cierto interés como el edificio de la fábrica de lápices Hispania, que combinaba en su fachada rasgos de estilo racionalista y art deco.
Dentro de este contexto, un caso lamentable de pérdida del Patrimonio Industrial fue el derribo del notable y elegante edificio que albergó la Escuela Obrera. Esta construcción, edificada el año 1916 en estilo modernista en terrenos de la Empresa Nacional Bazán, para servir de escuela de formación de los aprendices que ingresaban en dicha empresa, fue derribada prácticamente con la llegada de la democracia, en una censurable actuación de una empresa estatal que de esa forma mostraba su olvido y desprecio hacia una escuela que tanto representó para la formación de sus técnicos, obreros y empleados.