Carlos Barcon, pintor. LA OTRA ORILLA
Suelo ser un asiduo del Parador de Turismo de Ferrol desde que se fundó, he sido, sigo y confío en seguir siendo un cliente del mismo. O sea, de los que lo frecuentan, lo visitan, consumen, participan, disfrutan … de todo lo que este tipo de prestigioso establecimiento suele ofrecer.
Porque el Parador suele ser, para mí y posiblemente para mucha más gente, un oasis de paz, de tranquilidad, de buen servicio y profesionalidad, en una ciudad que ha crecido más a lo largo que a lo ancho, y que ahora mismo se encuentra algo descentrada. Ya se sabe, que el centro de las ciudades es como el rostro de las personas: la zona del cuerpo más visible, la que la distingue, la que se retrata. Y son infinidad de personas las que se han retratado, bien frente al Parador, o en los acogedores jardines de San Francisco y de Herrera, que lo limitan, entre otros
aspectos.
Y continuando con el tema de las ciudades, podríamos decir que la urbe que pierde el centro se ensombrece, pierde la cara, la imagen pública, incluso la credibilidad .
La desaparición del centro histórico, con sus edificios harto conocidos y reconocidos, constituye uno de los episodios más traumáticos en la biografía de cualquier ciudad. Por eso me han entristecido las primeras noticias del posible cierre de este ya vetusto pero acogedor Parador, que es o suele ser como mi segunda casa, donde tantas y tantas veces he disfrutado, bien en bodas, comuniones, reuniones de trabajo, tertulias, actos culturales, aspectos gastronómicos y sobre todo en la ya tradicional festividad de Fray Angélico, patrón de los pintores artistas, que se suele celebrar anualmente desde hace muchos, muchísimos años y a la que nunca falto.
Y por supuesto he conocido, tratado y apreciado, a casi todos y cada uno de sus directores, administradores, cheffs, y personal empleado, como es el caso ahora mismo de su director, Julio Castro Marcote, que lo está gestionando con el mayor interés y ganas, con ánimo e intención de animarlo y de levantarlo, junto a un magnifico equipo de profesionales/empleados, como son, entre otros, Antonio Esteban, Ángel Mera, Antonio Cabrera, Juan Malde,Juanjo Barcia, Inés López, María Jesús Toimil, Marta, Miguel Fontanillas, Esteban Filgueiras, Rosa Grandal, Ángel Barros, Enrique de Andrés, Mario Martínez, Fernando Martínez,
Maribel Oural, Ana López, Ana Rodríguez, Mercedes, Hayde… y muchos otros y otras, que siento ahora mismo no recordar.
Por eso me alegro que el Parador siga ahí, funcionando como siempre, acogiendo al visitante, aunque desearía que al igual que yo todos los ferrolanos “lo sintieran” como suyo y fuese, si es posible, mucho más visitado por todos ellos. Seguro que lo harán.