Por José Carlos Enríquez Díaz
La Defensa de la libertad religiosa resonó con especial fuerza en el salón principal de Casino Ferrolano en la tarde de este martes, día 3 de diciembre, durante una presentación marcada por testimonios directos, análisis profundos y llamadas a la responsabilidad compartida. El acto, organizado por la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, contó con las intervenciones del obispo Fernando García Cadiñanos, del sacerdote nigeriano Patrick, del periodista Josué Villalón y de Santiago Díaz, presidente de la Iglesia Necesitada en Galicia, para reflexionar sobre la situación de la libertad religiosa en el mundo y, especialmente, sobre la persecución que sufren miles de cristianos. El acto fue presentado por la periodista de COPE Ferrol, Ada Romero.
El obispo Fernando García Cadiñanos abrió la sesión destacando la crisis global de la libertad religiosa. Recordó que esta libertad no se limita a un derecho civil, sino que posee una profunda dimensión espiritual. “La libertad no es solo libertad de…, sino libertad para”, afirmó, citando a la filósofa Victoria Camps. Una libertad que, según explicó, debe orientarse a la construcción, al crecimiento interior y al cultivo del corazón humano.
Subrayó también la necesidad de respetar la autonomía de las confesiones religiosas, evitando injerencias estatales que limiten su expresión. En su intervención alertó sobre el auge de los fundamentalismos, que consideró una amenaza real para la convivencia.
A continuación, intervino Josué Villalón, periodista, quien profundizó en la libertad religiosa y de conciencia,
citando al actual Papa León XIV. Recordó que, según enseñanzas del Pontífice, cuando la fe se ve amenazada debe fortalecerse. Añadió que el Papa denuncia actualmente sociedades donde la espiritualidad escasea y la dignidad humana se debilita.
Villalón afirmó que el cristianismo es hoy la religión más perseguida del mundo, y que esta persecución forma parte del propio ADN de la fe cristiana, que llama a los creyentes a acompañar, consolar y mantenerse firmes incluso frente a la adversidad. Denunció además el crecimiento del autoritarismo en diversas regiones del mundo, un fenómeno que —advirtió— también podría alcanzarnos.
Recordó igualmente el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, e insistió en la defensa de la libertad religiosa para creyentes y también para quienes no profesan fe alguna.
La violencia en Nigeria
El testimonio más conmovedor llegó con la intervención del sacerdote nigeriano Patrick, quien describió con crudeza la violencia sufrida por los cristianos en Nigeria. Definió la persecución como “un acto cruel y arrogante, ejercido de manera organizada contra personas por su fe”, enfatizando que esta definición refleja el dolor físico, psicológico y espiritual que sufren los creyentes. “Muchos cristianos entran en la iglesia sin saber si saldrán vivos”, afirmó, subrayando que la persecución religiosa no es solo un ataque físico, sino una agresión que hiere el corazón, la mente y la esperanza de toda una comunidad.
Relató episodios estremecedores: 80 muertos y más de 40 heridos en un ataque, así como el asesinato brutal de una joven estudiante quemada y apedreada por escribir “El fuego del Espíritu Santo” en su WhatsApp. Sus agresores incluso presumieron en redes sociales de haber acabado con su vida.
Patrick denunció la discriminación religiosa en las universidades, donde se prohíben capillas cristianas, pero se
permiten mezquitas, pese a que la constitución nigeriana prohíbe la imposición religiosa. También mencionó el secuestro de 600 estudiantes y 24 musulmanes. Mientras el gobierno presiona por la liberación de los musulmanes, los cristianos continúan desaparecidos. Aseguró que detrás de estos ataques actúa una gran organización armada, equipada con drones y armamento moderno, en un país rico en recursos como petróleo, uranio y litio, pero pobre en libertad y seguridad.
Patrick enfatizó además que el silencio del resto de la Iglesia, que estamos tranquilos, también forma parte de la persecución. Subrayó que la unión y el dolor del cuerpo de Cristo nos afecta a todos, recordando un versículo de Pablo que afirma que todos somos un cuerpo y que, si una parte de ese cuerpo sufre, sufre el cuerpo entero. Con esta reflexión, pidió a los presentes que no guarden silencio ante el sufrimiento de sus hermanos.
Aun así, transmitió un mensaje de esperanza: los cristianos nigerianos viven su fe “con lágrimas y alegría”. Recordó las palabras de Jesús a Saulo: “¿Por qué me persigues?”, insistiendo en que, «cuando un cristiano sufre, se persigue al propio Cristo”.
El acto concluyó con la intervención de Santiago Díaz, presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Galicia, quien destacó que la institución desarrolla más de 500 proyectos en más de 130 países. Subrayó la importancia de la oración, invitando a dar gracias a Dios por TODO, incluso por las situaciones difíciles, «porque Dios está siempre con nosotros, también en el dolor».
Santiago Díaz recordó la necesidad de colaborar para ayudar a quienes lo están pasando muy mal. Facilitó el teléfono 917 25 92 12 y la web ayudaiglesianecesitada.com para quienes deseen aportar su ayuda.
El acto finalizó con una oración presidida por el obispo, en un clima de recogimiento y esperanza compartida.
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