Sobre el marqués de Amboage- (Enrique Barrera Beitia)

Enrique Barrera Beitia

En esta sección escribí la semana pasada un artículo titulado “El parque de los personajes famosos, que no ilustres”, donde para bien o para mal insertaba las siguientes líneas: “Otro mito que tarde o temprano se nos caerá del pedestal es Ramón Pla y Monge (el marqués de Amboage), benefactor de las clases humildes ferrolanas; siempre se rechazó por falta de pruebas los rumores que lo asociaban al tráfico de esclavos, pero la reciente investigación de Marcos Abalde es demoledora”.

Una consecuencia de este párrafo ha sido la inmediata réplica de defensa del marqués por algunas personas, afirmando que es absolutamente falso que fuera negrero. Los interesados en saber la verdad deberían leer el trabajo de investigación del citado Marcos Abalde Covelo, publicado en 2024 en la revista O Retorno (n.o 18) del Patronato do Museo Etnográfico da Capela.

Ramón Plá viajó a La Habana en 1840 para trabajar en una ferretería propiedad de su hermano José, que llevaba años instalado en Cuba y traficaba con esclavos, un hecho que nadie ha puesto en duda. El futuro marques de Amboage tenía entonces 17 años, y dado que nadie publicó pruebas de que se asociara con su hermano en semejante negocio, se afirmaba que las enormes cantidades de dinero invertidas en comprar Deuda Pública a su regreso a España en 1860, tenían que proceder de negocios lícitos. En este sentido hay que decir que figura como presidente de la compañía de gas de Matanzas fundada en 1857, pero no como erróneamente se ha dicho, entre los accionistas, fundadores o directivos de la compañía de gas de La Habana. Enmendado el error, la otra posible explicación era que se limitó a blanquear en España el dinero de su hermano.

Sin embargo, lo que acredita documentalmente Marcos Abalde Covelo es que fue propietario de un barracón en un fondeadero de San Antonio Chiquito, donde según el consulado británico se alojaban los esclavos desembarcados para venderlos, y donde trabajaban un capataz y nueve esclavos. También figura en el catastro como propietario del ingenio azucarero San Pablo, distante cuatro kilómetros y donde trabajaban 51 esclavos. Tenía un socio llamado Jaime Font, que según los informes británicos se encargaba de comprar y trasladar por barco los esclavos que Ramón Pla vendía. Por si esto no fuera suficiente, fundó “La Positiva”, posteriormente integrada en otra sociedad con reconocidos negreros cubanos llamada “La Alianza”, que traía esclavos chinos conocidos como culíes, a los que engañaban haciéndoles firmar un falso contrato de trabajo en Macao.

Tras comprar el conocido título nobiliario, dedicó parte de su fortuna para realizar obras filantrópicas en Ferrol, y cuando muere en 1892 su fortuna podía calcularse en una cantidad equivalente en la actualidad a unos 3.000 millones de euros. La figura del marqués está muy arraigada en nuestra ciudad, en buena medida por la entusiasta defensa que de su figura hizo Juan José Burgoa (RIP), de quién no diré nada malo porque sería injusto, y porque al tratar la biografía del marqués a partir de su regreso a España, difícilmente hubiera podido encontrar pruebas de su actividad esclavista en Cuba, como tampoco podía encontrarlas en los libros que consultó.

No conviene pasar revista a la historia de nuestra ciudad montado a caballo, y tampoco conviene hacer una profunda reverencia a una persona si al mismo tiempo estamos dando la espalda a otra. Es verdad que el marqués de Amboage libró de la guerra de África a mozos ferrolanos de familias humildes y ayudó a personas necesitadas, pero ese dinero venía manchado por el mayor crimen que la Humanidad ha cometido, aunque puede que no lo sea para los que hoy exigen hundir los barcos que llevan inmigrantes ilegales africanos.

Lea también

«Puertas»-(Julia M.ª Dopico Vale y Piñeiro)

Julia M.ª Dopico Vale y Piñeiro “Puertas” es el nuevo álbum que presenta la banda …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *