El Campus Industrial de Ferrol vive un momento de consolidación indiscutible. La especialización en titulaciones ligadas a la industria y la innovación, y la estrecha relación con el entorno lo convierten en un espacio académico de referencia dentro de la Universidade da Coruña. Pero su valor no se mide solo en cifras de matrícula o en proyectos de investigación, el campus se ha consolidado también como un agente de transformación social.
En gran parte, este impulso se debe a la labor de su director, Marcos Míguez, y al de su vicerrectora, Ana Isabel Ares, que además de dirigir el campus asume el área de Responsabilidad Social de la UDC. Esa doble responsabilidad de Ana Ares ha permitido integrar el área social dentro de la vida universitaria en el campus ferrolano. Los proyectos de la Oficina de Cooperación y Voluntariado (OCV), con numerosas actividades de sensibilización y solidaridad, son una muestra visible de esa apuesta.
Del mismo modo, la implantación y el desarrollo de metodologías innovadoras como el Aprendizaje-Servicio (ApS) —que el curso pasado celebró su décimo aniversario en la UDC con un acto en el campus ferrolano— reflejan cómo la docencia puede vincularse directamente con la mejora de la sociedad, generando experiencias formativas que van más allá del aula.
El campus también ha reforzado su papel en la transferencia de conocimiento. La colaboración universidad-empresa es patente en proyectos con compañías estratégicas como Navantia, que encuentran en la UDC un elemento clave para el desarrollo y la formación de perfiles especializados. A la vez, la transferencia universidad-sociedad se materializa en iniciativas como las cátedras institucionales y empresariales, que estrechan la relación entre el saber académico y las necesidades reales del territorio. Aquí podemos destacar la cátedra de arqueología que ha sido posible gracias a la financiación municipal y que ha permitido impulsar la investigación, la formación y la divulgación en un ámbito tan vinculado a la identidad y al patrimonio de la ciudad. Esta alianza demuestra que cuando universidad y administración local caminan juntas, los beneficios trascienden a lo académico e individual y se proyectan sobre toda la comunidad.
Hoy, gracias a un Campus Industrial de Ferrol consolidado, esa identidad se enriquece con un valor añadido: el de una universidad que no solo forma profesionales altamente cualificados, sino que también se compromete con la sociedad que la acoge.
El Campus Industrial de Ferrol es un elemento más de la ciudad, es un elemento de nuestra Marca Ferrol, es…algo nuestro al que todos y todas debemos apoyar y defender.