Las peligrosas estrategias de Feijóo–(Enrique Barrera Beitia)

Enrique Barrera Beitia
Tras cuarenta y seis años de democracia, buena parte de los españoles siguen desconociendo la distribución de competencias entre las tres administraciones del estado (central, autonómica y local).

Todos saben que la basura la recogen los ayuntamientos y que el ejército depende del gobierno central, pero a partir de estas nociones básicas comienzan los despistes. Feijóo lo sabe, y por eso acusa a Pedro Sánchez de ser culpable de los incendios, intentando repetir la narrativa de la DANA de Valencia. No tuvo éxito entonces y probablemente tampoco lo tenga ahora.

De acuerdo con la estructura autonómica del Estado, la gestión de los recursos forestales incluyendo su explotación económica, la protección contra plagas y enfermedades, las tareas de prevención de incendios y la lucha contra los mismos, son competencias exclusivas de las autonomías, y es que la La Ley de Montes aprobada por el PP no sólo no prohíbe desbrozarlos, sino que obliga a hacerlo. También es competencia de las autonomías decretar los niveles de alerta. El nivel 1 significa que basta con los recursos autonómicos, con el 2 se solicita ayuda al gobierno central, y por eso han estado presentes la UME, la Guardia Civil, aviones y helicópteros adaptados a la lucha contra-incendios y algunas unidades del ejército regular que podían adaptarse a tareas de vigilancia, control e intendencia. Cuando una autonomía sube al nivel 3 renuncia a dirigir el operativo y lo cede al gobierno central, pero ninguna lo ha hecho.

Atendiendo a indicaciones de Feijóo, los presidentes autonómicos del PP pidieron amplios medios técnicos al gobierno central en un intervalo de dos horas, y ocurrió que una parte de los enviados no recibieron instrucciones al llegar al destino; esto pasó al menos en dos ocasiones en Galicia. A renglón seguido calificaron de pirómana a la responsable de Protección Civil.

Es oportuno recordar que el 19 de febrero, el grupo parlamentario socialista presentó en el parlamento gallego una proposición no de ley (número de registro 20.445) denunciando que las brigadas de bomberos forestales estaban incompletas porque un millar de efectivos aún no estaban contratados. En consecuencia, instaban a cubrir esas plazas para realizar tareas preventivas en abril, mayo y junio. El Partido Popular votó en contra, y en plena ola de incendios todavía estaban sin cubrir unas doscientas plazas, de manera que cuarenta de las ochenta moto-bombas no se pudieron usar por carecer de personal que las manejase.

De la misma manera que hay quienes están en contra de las vacunas o niegan que haya existido la pandemia del coronavirus, los hay que niegan la existencia de un cambio climático provocado por la actividad humana. Argumentan que esto ya pasó varias veces a lo largo de la historia, y que la propia naturaleza restaurará el orden climático cuando lo estime oportuno, así que consideran un despilfarro aumentar el gasto en tareas de prevención de fuegos y prefieren destinar ese dinero a otros usos. Estas personas son muy numerosas entre los votantes de Vox, pero no tanto entre los del Partido Popular, así que la desidia del presidente autonómico gallego Alfonso Rueda, es inexplicable cuando goza de mayoría absoluta.

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