Al PSOE de Ferrol le encanta poner palos en las ruedas-(José C. Enríquez)

José Carlos Enríquez Díaz

El PSOE censura en un comunicado el incremento del precio en los comedores escolares: «As familias deberán aboar un 20 % máis nos almorzos e un 50 % máis nos xantares cada mes con respecto ao curso anterior».

La edil Montserrat Dopico solicita a los responsables municipales que sea el Gobierno local el que asuma ese incremento, ya que puede convertirse en una carga pesada para los padres.

Pero, es bueno recordar que el Gobierno local ha cumplido el compromiso de la reapertura del comedor sénior en el centro de mayores de Río Xubia, al que se sumarán otros en los barrios de Catabois, Esteiro, San Xoán y Caranza, volviendo a generar una dinámica para poder ir abriendo los demás comedores y poder combatir la soledad no deseada entre nuestros mayores.

El gobierno de Ángel Mato daba la espalda a nuestros mayores, sin tener en cuenta las numerosas peticiones presentadas por registro reclamando la puesta en marcha de los comedores sénior.  La concejala Rosa Martínez recordó al Gobierno de Mato que “Ferrol fue pionera en la puesta en marcha de los comedores sénior, con el objetivo de fomentar la autonomía personal, la prevención de la dependencia, ofrecer una dieta equilibrada adaptada a las necesidades de los usuarios y, sobre todo, lo más importante promover la socialización”, evitar la soledad, ya que muchas personas mayores de 65 años viven solas y esta situación, a la larga, les ocasiona problemas de salud mental y un deterioro físico 

El gobierno de Rey Varela ha firmado el convenio de Xantar na casa, y no será la última colaboración entre la Xunta y el Concello, dos administraciones que trabajan juntas por el bien de los ferrolanos.

El alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela (PP), acaba de firmar un convenio de colaboración con la entidad Dignidad para atender a familias en riesgo de exclusión.

Rey Varela visitó la sede de Dignidad Galicia para renovar, junto con su presidenta, María Dolores Romero, el convenio para el programa de atención a personas en situación de riesgo exclusión social. Este programa contará con una aportación municipal de 10.000 euros y servirá para dar cobertura a las necesidades básicas urgentes y de primera necesidad de los usuarios, así como también para poder facilitar mobiliario y ropa.

“Poner palos en las ruedas” de alguien significa poner dificultades importantes en la actividad de otra persona o institución para impedir que alcance sus objetivos o dificultar su avance hacia ellos. Aunque claramente egoísta, este tipo de comportamiento tiene una explicación, pero no justificación ética: al obstaculizar o impedir el progreso del que es percibido como rival en la carrera, por comparación, uno sale favorecido. Porque las comparaciones sociales resultan inevitables hasta cierto punto, pues responden a la tendencia a evaluarnos por comparación con otras personas.

Los ciudadanos tampoco olvidamos que por culpa de las prisas que le entraron al que perdió la silla por empezar su campaña electoral, hemos perdido oportunidades y proyectos fundamentales para la ciudad como el Proyecto del Centro de Innovación y Desarrollo del Sector Naval y Renovables, que ha perdido una subvención por la mala tramitación local.

Con un equipo sin experiencia de gestión, sin proyecto, fue poco a poco encerrándose en sí mismo y dando la espalda a su propio gobierno, a los grupos, a los trabajadores municipales y al tejido social y económico de la ciudad.

En lugar de la cooperación o de practicar una competición limpia y noble, y siempre teniendo como fin el bienestar de la comunidad, se opta con frecuencia por poner zancadillas al competidor. El caso es ganar para alimentar o inflar la autoestima individual o del grupo, aunque la estrategia se limite a que otros pierdan, a reducir o aniquilar al adversario. «Si el otro pierde, yo gano»; un mérito hueco y perverso. Si las zancadillas en el fútbol llevan aparejada la tarjeta roja, en la vida política son las personas quienes deben actuar de árbitros y no dejar impune el juego sucio.

Poner palos en las ruedas ajenas o en las propias, es decir, obstaculizar el avance de los demás o perjudicarnos a nosotros mismos. Una muestra de los pobres ardides que a veces se utilizan para mantener la autoestima, pero una práctica contraproducente y sin sentido. En lugar de poner palos en las ruedas, ajenas o propias, es preferible y necesario no dañarlas, incluso engrasarlas y cuidarlas, para que así avancemos hacia una sociedad integrada por personas con una autoestima sana y solidaria.

 ¡Algunos son muy envidiosos del éxito de los demás! No pueden aguantar un reconocimiento público y popular que no les corresponde a ellos. Sin pararse a pensar que el que gana, tiene derecho a ser aplaudido y a disfrutar de un merecido reconocimiento. Los que pierden no deben de arrogarse un triunfo que personalmente no les pertenece, aunque se consideren más listos, grave error, cuando en realidad han llegado a donde están por una carambola, pero los ejemplos de paracaidistas que se lanzaron con decisión desde el avión y acabaron estampados contra el suelo o con una pierna rota son numerosos en los partidos.

Por otra parte, los paracaidistas llegan a los partidos políticos con la sonrisa del triunfador y lo que ven es un mundo muy loco en el que ellos no cuentan con las herramientas necesarias para sobrevivir.

¡Por buenas intenciones que tengan, en la vida hay que huir de los aficionados!

Pero no nos engañemos, la ausencia de líderes identificables por los ciudadanos no es ni el único, ni muchas veces tampoco, el principal motivo que se encuentra tras el paracaidismo político. En muchas ocasiones se trata de una recompensa a quienes se han mantenido fieles, pero, por la razón que sea, tienen menos probabilidades de salir elegidos por el distrito por el que les tocaría presentarse.

Napoleón creía que cuando alguien nombraba una comisión era porque el problema no tenía solución. Algo similar ocurre cuando en puertas de unas elecciones un partido no encuentra un candidato propio presentable y decide lanzar a un paracaidista.

Este tipo de operaciones de diseño suele terminar en fracaso. En política, el riesgo que corren los paracaidistas, es acabar estrellándose.

Según Sandel, la meritocracia es una tiranía, entendida en su más puro sentido aristotélico: erosiona el bien común, favorece a un pequeño grupo y genera actitudes despóticas.

 

 

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Un comentario

  1. José Manuel, ¡Orgullosos de tenerte como alcalde! Un ejemplo a seguir como persona y como trabajador incansable al servicio de los ciudadanos. ¡Gracias por tu entrega diaria!