Los impuestos y el consumidor de productos forales-(Juan Cardona Comellas)

Juan Cardona-( jua@juancardona.es)

Hablando de impuestos y de la singularidad que quieren imponer en esa materia el binomio Sánchez – Illa a todos los españoles en sus cesiones a Cataluña entregando la Caja única de la totalidad de los impuestos generados en la región.

Fijémonos en un impuesto que todos soportamos a diario, el IVA, y que nos puede orientar sobre el futuro que nos espera. Hay que recordar que el IVA final lo paga siempre el “consumidor”, pero hay que ir al origen y hacer el seguimiento del producto desde su inicio. Así, en una Comunidad que recaude el IVA (actualmente País Vasco y Navarra), la empresa que manufacture un producto X y que se venda en otra Comunidad en régimen común, el valor del IVA inicial (repercutido) se ingresa en la Hacienda Foral. Para simplificar un ejemplo: Situamos directamente el producto en una Comunidad de Régimen Especial Foral con un valor inicial de 100 € y un IVA del 10% (total precio de venta110 €).
La Hacienda Foral recauda 10 €, antes de llegar al consumidor final. Lógicamente al coste inicial habrá que sumar el margen de beneficio del vendedor (en territorio no Foral) que sitúa el producto en la estantería a un precio final de 154 € (IVA incluido). Usted está pagando 14 € de IVA (10% de 100 + 40) que se distribuye en 10€ iniciales ya ingresadas en la Hacienda Foral y 4 € (14 € repercutidos menos 10 ya soportado) y que se ingresaran en la Hacienda Estatal (Fondo de Compensación Interterritorial) y que posteriormente lo distribuye el Gobierno entre las Comunidad en régimen común.

Cuando usted compra un producto de origen «Foral» tiene que ser consciente que parte de su dinero está fortaleciendo directamente la Hacienda Foral de Turno.

Con este ejemplo sencillo, ¿Nos puede explicar el señor «presimiente» o la señora ministra de Hacienda que sucede si incorporamos a Cataluña en el grupo del cupo? Lógicamente será igual que en el ejemplo anterior; con la diferencia que hasta ahora el impuesto de Sociedades era competencia exclusiva del Estado (excepto País vasco y Navarra) y que engrosa los caudales de la Hacienda Pública y que revertían en todos los españoles a través de inversiones, servicios o subvenciones; y si se cumple lo prometido a Esquerra Republicana de Cataluña, este importe se quedará en la Hacienda Catalana, que lo revertirá en inversiones, servicios o subvenciones exclusivamente a los ciudadanos de Cataluña; eso sí, en caso de que se cumpla lo prometido se debería de incluir en el paquete el régimen de pensiones, que como sabemos es de reparto y últimamente el Estado tiene que ayudar a rellenar la caja constantemente (bien vía impuestos o vía deuda pública que pagamos todos los españoles presentes y venideros). No hay que olvidarse tampoco de la descomunal Deuda Pública del Estado, y en buena lógica y siendo
solidarios la Generalidad debería reclamar su parte para aliviar al «resto de españoles»; ya que en parte se generó para cubrir sus necesidades.

Conclusión: Si usted compra una botella de cava catalán el «descorche» lo celebran en la Generalidad; pero que antes de hacerlo deberían echar bien las cuentas por si el «presimiente» busca el «appoyo» necesario y les cuela de rondón el asunto de las pensiones y la parte alícuota de la Deuda Pública que se generó estando Cataluña dentro
del sistema común.

Estamos a la espera que nos expliquen debidamente lo relativo a la singularidad fiscal y que apliquen la transparencia que reclaman con frecuencia a otras formaciones. La última esperanza es que para cumplir lo que han pactado hay que modificar, como mínimo, de cabo a rabo la Ley Orgánica de financiación de las Comunidades que exige mayoría absoluta de votos en el Congreso ¿Les temblará el pulso a los diputados socialistas de las Comunidades agraviadas? ¿Pesará más el escaño que su dignidad? El tiempo lo dirá…