Puigdemont vuelve a España: para después “esfumarse…”(José C. Enríquez)

José Carlos Enríquez Díaz

Tres minutos antes de las nueve de la mañana, Puigdemont apareció andando por la calle Trafalgar, acompañado por el presidente del Parlament, Josep Rull, y otros líderes de su partido como Jordi Turull, Laura Borrás o Artur Mas.

Para organizar este recibimiento «a lo grande» Junts solicitó al Ayuntamiento de Barcelona, actualmente encabezado por el socialista Jaume Collboni, montar un escenario ante el Arco del Triunfo de la Ciudad Condal ante el que se colocó a lo largo de la tarde dos pantallas gigantes desde las que se espera la retransmisión a bombo y platillo el regreso y las posibles palabras de Puigdemont.

Durante, el trayecto, se ha perdido de vista al expresidente. catalán pese a las numerosas cámaras que seguían a la comitiva en dirección al Parlament.

Los medios internacionales se hicieron eco del comienzo de investidura de Salvador Illa en el Parlament de Cataluña y, sobre todo, del regreso de Carles Puigdemont a España. Por su parte, el The New York Times contaba que «Carles Puigdemont regresa a Cataluña desafiando la orden de arresto española». Hacían hincapié sobre todo en los años viviendo en el exilio y que, a pesar de la ley de amnistía, podría ser arrestado.

The Times, abría la sección de España con que «el separatista catalán Carles Puigdemont enfrenta el arresto en España».

Le Figaro, el periódico más longevo del país galo nombraba a Puigdemont como el «separatista catalán» que no ha regresado a España desde 2017 para «escapar de la justicia española». Además, desde el periódico francés publicaron que la ley de Amnistía había sido «negociada ferozmente para permitir a Pedro Sánchez permanecer en el poder». Por su parte, Le Monde explicaba que «Carles Puigdemont reaparece en Cataluña tras siete años de exilio, pese a una orden de detención en su contra».

Además, el medio hablaba sobre que «su detención podría descarrilar, o al menos retrasar, el proceso de toma de posesión de Salvador Illa como nuevo presidente de la Generalitat, el gobierno regional»

El medio digital más leído en Alemania, Frankfurter Allgemeine, publicaba que «El separatista Puigdemont regresa a España».

Su huida sobrepasa cualquier experiencia Erasmus. Una decena de países en siete años, el continente de punta a punta: de las Islas Feroe y Finlandia a Escocia, con Suiza como destino por excelencia y Francia entre sus preferidos. El primer viaje, a Copenhague, parecía arriesgado, pues nada garantizaba que fuera de Waterloo los tribunales le seguirían amparando. 

El expresidente catalán fugado en Bruselas, (Bélgica), Carles Puigdemont, se burlaba en una entrevista en La Vanguardia de que en 2022 entró en España sin ser detenido. El también candidato por Junts, pasó más de una hora volando en «territorio español» en el año 2022. El forajido voló de Milán a Bruselas cuando volvía de unas vacaciones en Cerdeña.

Atrás está una mansión en Waterloo –la Casa de la República-, cuyo alquiler mensual supera los 4.000 euros y que, según la versión más extendida, sufragaba su amigo Josep María Matamala, ex senador y uno de los pocos conocedores de su plan de huida. Dejará atrás su actual residencia en Francia -una casa rural que se alquilaba por 1.850 euros entre semana y 1.350 para sábados y domingos- y, además de infinidad de polémicas políticas y judiciales, quedará sin resolver la pregunta de quién sostuvo su economía.

Así pues, todo esto significa una humillación para todos los españoles que supone la destrucción del Estado de derecho y que el presidente del Gobierno calla.

A lo largo de este camino, Puigdemont habría cometido supuestamente una serie de delitos, desglosados en el de sedición, rebelión, malversación o terrorismo, entre otros. A día de hoy, la mayoría de los delitos han desaparecido ya que quedan amparados por la aplicación de la ley de amnistía, pero el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena mantiene la orden de detención por el delito de malversación de fondos públicos, recogido en las excepciones de la ley.

Puigdemont se burla de la Justicia española y Sánchez calla. Trata de hacerse perdonar por los separatistas a quienes ha elegido como socios y le tienen cogidas las vueltas.

Ante una situación política tan bochornosa e indignante como ésta, cualquier político equilibrado, serio y responsable dimitiría inmediatamente, es más, ni siquiera habría dado pie a ella, Pero Pedro Sánchez ni se inmuta, se comporta como si nada pasara. Esta actitud política suya, indeseable, ruin y fraudulenta no puede ni debe convertirse en normal por mucho que se reincida en ella.

Ante tal estupor y perplejidad, los hechos expuestos incitan a interpretarse como algo más que hacer lo contrario de lo que se dice y promete, o de mentir o cambiar de opinión, etc. No, dicha conducta parece reflejar algo más, esto no tiene visos de normalidad, parece indicar algo enfermizo.

El poder emborracha. Quien se coloca en el lado de los fuertes, quien posee talentos naturales, quien consigue amigos (o cómplices) astutos, quien sabe disparar por la espalda, quien exige fidelidad a otros mientras se salta tranquilamente las normas básicas de la convivencia humana, siente en su corazón la embriaguez de la victoria fácil.

Es uno de los males más profundos del poder: corrompe los corazones. Por eso hay quien llega a formas de bajeza vergonzosas casi sin darse cuenta de lo que hace. Incluso puede pisotear a familiares y amigos de modo miserable, con la frialdad que crece al ver que conquista un puesto, que gana más dinero, que elimina a un enemigo, que despoja a un amigo ingenuo, y además nadie le denuncia por miedo o por ignorancia.

El poder corrompe, entonces, cuando uno alimenta la avaricia, la ira, la soberbia, o el afán de placeres sin medida. El que desea algo bueno de modo desordenado, o algo claramente malo, buscará maneras para alcanzar sus objetivos, y sentirá un especial impulso hacia lo injusto cuando descubra, entre sus manos, fuerzas y energías para emprender el camino del mal.

El mejor antídoto radica, entonces, en la lucha contra ambiciones deshonestas, contra placeres que encadenan, contra espejismos de fama que ofuscan los corazones.

Esa lucha necesita, además, estar acompañada por el amor sincero hacia lo noble, lo bello, lo justo, lo bueno. El corazón necesita aire puro e ideales grandes.

Será posible, entonces, resistir la prepotencia de los malos y el susurro engañador de la serpiente que busca, de mil maneras, engañar a los incautos.

 

 

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Un comentario

  1. Vicente Hernández

    Muy interesante artículo. Si no tomamos en cuenta, con la seriedad que tiene, hacia donde está llevando España este gobierno, y hacemos algo de inmediato como pueblo, estaremos condenados a la autodestrucción como nación
    Será imposible detener tanta desvergüenza de este gobierno?. El Jefe de estado permitirá la destrucción de este país sin hacer algo para impedirlo?