Seis residentes de segundo año de Enfermería Familiar y Comunitaria presentaron este viernes su trabajo fin de grado (TFG) sobre fragilidad en los mayores de 70 años en el Área Sanitario de Ferrol. Estas profesionales estuvieron impartiendo formación desde el pasado 8 de enero, y hasta el 8 de febrero, a sus compañeros y compañeras por los distintos centros de salud del área Sanitaria de Ferrol para prevenir, manejar o intervenir en la fragilidad en personas mayores de 70 años.
En el salón de actos del Hospital Arquitecto Marcide, resumieron las intervenciones y las opiniones de los y de las profesionales del área, con una investigación cuantitativa y cualitativa sobre la fragilidad. También enseñaron con imágenes y vídeos sus intervenciones con mayores del área Sanitaria de Ferrol.
Tatiana Roca, Laura del Rosario, Natalia Iglesias, Paula Ramos, Marta Torres y Laura Villar partían de una premisa para su trabajo, “cada vez se viven más años, y lo importante es que esos años se vivan con la mayor calidad de vida posible”. La fragilidad, protagonista de su investigación, es un preditor estrella para el riesgo de dependencia, caídas, o posibles hospitalizaciones, por ejemplo.
La clave era dar a conocer esta cuestión a sus compañeros y compañeras de Enfermería del área, actualizar y aportar los conocimientos sobre la fragilidad; y ver la posibilidad de instaurar futuros cribajes y programas con intervenciones específicas en este campo. Para esto realizaron un total de 33 sesiones en 11 centros de salud. Fueron tres sesiones de dos horas en todos los Servicios de Atención Primaria del área ferrolana. Allí, facilitaron las herramientas aglutinadas en torno a esta cuestión a sus compañeros y compañeras en los centros de salud, que ya captan posibles personas que presenten riesgo de esa fragilidad, entendida cómo el deterioro de la capacidad funcional acentuada con el paso de los años.
Pusieron a disposición de los compañeros y compañeras en los centros de salud herramientas validadas ya existentes, y pruebas de desempeño físico como test de velocidad de la marcha, o de equilibrio, para poder cribar a las personas mayores de 70 años con riesgo de fragilidad. Con estas medidas, se captan estos pacientes para, si es necesario, aplicar medidas que les ayuden a reforzar su organismo, prevenir lesiones y situaciones que provoquen dependencia o deterioro funcional, y, en definitiva, luchar contra esa fragilidad y proporcionar años de vida saludable y de calidad. Es la primera Área Sanitaria que sistematiza esta dinámica, en colaboración con el departamento de Estilos de Vida Saludables de la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia, y como pilotaje previo para el posible desarrollo de un posible cribaje a nivel autonómico.
Conclusiones, fragilidad aspecto importante
Basan la intervención, por lo tanto, en invitar a los y a las profesionales a captar a las personas mayores de 70 años del área con fragilidad, tanto de manera oportunista, cuando se acude a alguna consulta, como de manera activa. Se le pasan durante la valoración a esas personas los algoritmos y escalas que ya existen a este respeto, como la de Barthel, y las pruebas de ejecución tales como test de equilibrio, de velocidad de la marcha, y de levantarse de la silla. Se hace también una valoración del riesgo de caídas. Se recogen en unos dípticos elaborados por ellas todas estas cuestiones, publicación y otros materiales que dejan a los compañeros y compañeras de la enfermería para poder tener a mano recursos de apoyo para llevarlo a cabo. También están accesibles ya en la Intranet, en el portal interno de los y de las trabajadoras, todos esos materiales realizados específicamente para consulta desde los propios ordenadores.
A partir de ahí, en función del resultado del cribado, se produce una “atención individualizada” a cada persona, explican, realizando intervenciones adaptadas en diferentes aspectos como, por ejemplo, facilitar tablas de ejercicio multicomponente (de fuerza, aeróbico, y de equilibrio y flexibilidad); evaluaciones de la situación nutricional; revisión de medicaciones; y actuando sobre el riesgo de caídas y la soledad no deseada, entre otros. Ellas mismas materializaron esa actividad con distintos grupos del área, de los que dieron cuenta este viernescon imágenes y vídeos.
Lo que se busca con esta intervención por parte de estas ya casi enfermeras especialistas es que se integre este abordaje en la práctica diaria y se sistematicen estos indicadores, tal y como ya sucede con otros como la tensión arterial, o el nivel de azúcar, etc… “Si se incorpora como programa, se puede actuar sobre la salud futura de las personas, ya que esa fragilidad es una problemática relevante en nuestra población cada vez más envejecida, y supone un reto para la sociedad, siendo en muchos casos prevenible y reversible”, finalizan. Concluían este viernes , tras el estudio de los datos y encuestas recopiladas, que las y los profesionales del área consideren muy relevante esta formación, y que “el estudio aporta datos preliminares para la futura implantación de esos cribados de fragilidad”, que esperan se puedan aplicar.