Fernando García Cadiñanos, premio Galicia Ártabra 23-24 de «entrega a los demás

José Carlos Enríquez Díaz

Con motivo del decimotercer aniversario de la fundación del periódico digital Galicia Ártabra se han dado a conocer los premios que anualmente concede esta cabecera comarcal. Se trata de unos premios que se conceden a organismos, instituciones, asociaciones y ciudadanos que, por diversos motivos, se distinguieron en su labor diaria siempre en beneficio a los demás.

La gala de entrega de los premios se realizará el próximo día 20 de abril a las 19:30 horas en la sede de Afundación (Plaza de la Constitución) de Ferrol en un acto de entrada libre.

En esta ocasión, entre los premiados figura el obispo de nuestra diócesis, monseñor Fernando García Cadiñanos, en el apartado Ártabro «Entrega a los demás». Al conocer el premio, el obispo manifestó su «sorpresa y agradecimiento en un campo que es precisamente lo propio de su misión».

Nuestro testimonio cristiano está en que nos entregamos a los demás con amor gratuito, con un amor desinteresado, porque un amor así sólo puede venir de Cristo: «Así serán hijos de su Padre. Él hace brillar el sol sobre buenos y malos, y hace caer la lluvia sobre justos y pecadores». (Mateo 5,45).

Una muestra de madurez cristiana en el amor es la calidad de dar, no buscando recompensa; aceptando la no correspondencia de los demás. El inmaduro en el amor, es el que, como un adolescente, necesita recibir, y no sabe dar. El cristiano maduro es el que puede amar y entregarse, sin recibir. Dime a qué te has entregado, y te diré cómo eres. Porque solo aquellas cosas de la vida que son realmente importantes, te definen como persona, como ser humano y como alma que pertenece a este mundo que creamos día a día. Por eso somos aquello a lo que nos entregamos.

No obstante, no debemos equivocarnos, puesto que hay mucho a lo que entregarse, y, por desgracia, no todo es bueno. Si nos fijamos bien en nuestro entorno, veremos a gente que da todo por su gran amor, por su familia, por sus vecinos… pero también por el dinero, por la fama, por la ambición, por el poder… Por desgracia, en la actualidad hay un exceso de personas que se ha entregado a fines lucrativos, sin importar que no siempre el fin debe justificar los medios, y que en el trayecto, está haciendo daño a una cantidad ingente de personas inocentes.

Sin embargo, todavía quedan personas como Fernando García Cadiñanos que dan cuanto tienen por aquello en lo que creen, y creen en la bondad, la solidaridad, la amistad, el amor, la fraternidad, la igualdad… y un sinfín de cualidades que nos definen en el espectro positivo.

No es fácil encontrar a  personas como nuestro obispo que se entregan al amor a los demás, pues no van dando muestras de ello a diestro y siniestro. Son humildes, silenciosos y precavidos.  Estas personas tampoco suelen llamar la atención en exceso, sin embargo, están a nuestro alrededor, ofreciendo siempre un pedacito de su ser con tal de lograr que los demás sean un poco más felices.

El bien paga infinitamente mejor que el dinero, que nos defrauda porque hemos sido creados para recibir y comunicar el amor de Dios, y no para medir las cosas por el dinero y el poder.

Lo primero que destaca de la entrega de Jesús a los demás es que no dedica a su compromiso horas concretas, o tardes libres o algo así, sino que lo vive a todas horas, a tiempo pleno. Un teólogo alemán luterano, Dietrich Bonhoeffer (asesinado por el régimen nazi en 1944 por ser coherente con su cristianismo) inventó una expresión célebre: Jesús fue el «Hombre-para-los-demás«, estaba DISPONIBLE para Dios y los demás siempre (y todos sabemos lo que significa «estar disponible siempre» y lo que no): «No busquéis el provecho propio sino el de los demás, y así os portaréis como lo hizo Jesucristo, que a pesar de su condición divina, no quiso aferrarse a ella, sino que se despojó de su grandeza, tomó la condición de siervo y se hizo semejante a los humanos. Más aún, se rebajó a sí mismo hasta morir por obediencia» (Filipenses 2,4-8). La Iglesia ha de ofrecer un espacio donde hombres y mujeres pueden ser amados. Vivimos en un tiempo en que corremos el riesgo de no tener ya referencias de amor. Es como si nos halláramos solos, en un mundo que nos ha “arrojado” a la vida, para que podamos sobrevivir, cada uno según sus fuerzas. Pues bien, en ese contexto, el conjunto de la iglesia puede y debe presentarse como espacio donde hemos nacido en amor y en amor podemos crecer y ser personas. En ese sentido ha de ser mantenida y profundizada la autoridad de la Iglesia, entendida como ámbito de surgimiento y maduración, es decir, como verdadera “auctoritas”: como aquello que nos permite crecer en amor, viviendo de esa forma sin miedo al futuro.

Junto a él, el elenco de los premiados es el siguiente:

· Ártabro «Aniversario»: Coral «Alecrín» de Brión y Teima Dowm Ferrol.

· Ártabro «Cultura»: D. Manuel Escourido Calvo, profesor de la Universidade da Coruña, coordinador del grado de Gestión de Moda, único público en España.

· Ártabro «Servicio a la sociedad»: Asociación Xanela de As Pontes y D. Francisco Barea, presidente de la Autoridade Portuaria de Ferrol-San Cibrao.

· Ártabro «Al esfuerzo colectivo»: Grupo Narón Kids, campeones mundiales danza coreográfica en categoría absoluta.

· Ártabro «Al deporte»: Ale de Paz, jugadora de fútbol sala en el equipo Poio Pescamar.

· Ártabro «A su carrera deportiva»: D. Miguel Romero, capitán del Basketmi.

· Ártabro «Empresario del año»: D. Jesús Ron de las Heras.

· Ártabro «Al emprendedor»: D. Ignacio Vázquez López (Ivográficas).

· Ártabro «Al ferrolanismo»: Vicealmirante D. Ignacio Frutos Ruiz.

El acto será presentado por Elisa Esperante y Joaquín Enríquez Díaz, quienes también al final de la entrega de premios ofrecerán una actuación musical (Joaquín al acordeón y Elisa vocal) interpretando “Rosiña do mes de maio”, “Setestrelo” y “Lela” finalizando con la interpretación del Himno de Galicia.

 

 
 

 
 
 

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