Enrique Barrera Beitia
El pasado lunes el pleno municipal ferrolano aprobó el presupuesto para 2024. Como es lógico, el gobierno local habla de sus bondades y enumera los proyectos contemplados, mientras que la oposición recalca sus carencias. Difícilmente se ejecutarán buena parte de las inversiones contempladas en el documento, por la sencilla razón de que a fecha de hoy carecen de proyecto, pero quedan tres años de mandato que serán los que den o quiten razones. Por supuesto, espero que algunas ausencias clamorosas sean corregidas en el futuro, como por ejemplo que el barrio donde vivo, que es Caranza, tenga una inversión prevista de cero euros.
A mí entender, es un documento paradójico por la imagen del PP como partido que hace bandera de la bajada de impuestos, y es que sencillamente pagaremos más. Por lo que nos dice el documento presupuestario, el concello renuncia a cobrar una deuda de ocho millones de euros a la Autoridad Portuaria que depende de la Xunta, por lo que no queda más remedio que ligar esta generosidad a la decisión de firmar un crédito de 12 millones, que como es lógico lo pagaremos los contribuyentes ferrolanos.
La cuantía del préstamo podría ser menor si se hubiera mantenido la previsión recaudatoria por multas de tráfico, pero bajo la idea de que actuaban con voracidad recaudatoria, el actual gobierno local ha suprimido radares y cámaras. El resultado es que los radares pedagógicos que no multan, nos informan que las infracciones a la seguridad viaria han aumentado notablemente, y a mí me parece injusto que los contribuyentes tengamos que pagar lo que se perdona a quienes no cumplen las normas, y todavía me molesta más saber que el 75% de los coches que eran multados por el polémico radar de A Malata, eran preferentemente de gama media-alta y pertenecían a conductores de otros concellos.
Otra razón por la que las familias ferrolanas pagaremos más es por el suministro de agua y el saneamiento que corre a cargo de Emafesa. La subida de sus tasas con la justificación de evitar el desequilibrio financiero de la empresa, alcanzará probablemente los 2.000.000 de € anuales, pero ocurre que las cuentas de esta empresa no están aprobadas y la oposición pide una auditoría externa porque discrepa de las cifras presentadas por la parte privada y que sin más, han sido aceptadas por el gobierno local. El asunto es irritante si cabe, porque por un lado esta empresa viene incumpliendo desde desde hace años el compromiso de saneamiento de nuestra zona rural, convirtiendo a sus habitantes en ciudadanos de segunda.
Para justificar el sablazo se argumenta que había que actualizar las tasas, pero es que continúa la falta de acuerdo con el concello de Narón sobre lo que tiene que pagar por el servicio de saneamiento que Emafesa le presta. Creo que nuestros vecinos tienen depositados algo más de tres millones para que Emafesa los retire, pero pide más. Por si esto no fuera suficiente, nos encontramos que los vecinos de los otros concellos de la ría a los que suministramos agua, la están pagando a precios más bajos que en Ferrol.
Espero que cuando caduque la concesión a Emafesa en 2030, se recupere la “anticuada y desfasada gestión municipal” de este servicio. Entonces abríamos el grifo y salía la misma agua que ahora, pagábamos menos y no había déficit.