Carlos J. García
No se me va de la cabeza el accidente ocurrido hace unos días en Lanzarote, cuando al llegar una patera a la playa, solo faltaban 5 metros, cayeron al agua cinco personas y murieron ahogados. Solo faltaban cinco metros, cinco o seis pasos para llegar a una tierra que les pudiese dar una oportunidad de mejorar su vida.
Un asunto muy triste y grave lo que sucede con los movimientos migratorios hacia Europa desde África. Mucha culpa de estas muertes y desgracias es la falta de planes realistas sobre lo que conocemos como inmigración ilegal. Los sucesos de Torre Pacheco, cargados de violencia y hartazgo de buena parte de la ciudadanía, han hecho saltar las alarmas y parece se hubiese abierto la caja de los conflictos. Que, por otro lado, es normal y dentro de lo previsible. Los gobiernos de España han estado, y están, inanes. Mucha palabra vacía que empezaron con ¿se acuerdan? la llegada del barco de Open Arms, y con medidas posteriores de regularizaciones, más de cara a la
galería, como única salida para calmar ánimos que solo generan más incertidumbre, a la que la complejidad de la tramitación ayudó a crear desconfianza.
El plan para recibir y aceptar migrantes es mucho más complejo. Nuestro modelo de acogimiento tiene como resultado, el que vemos y vivimos. Se generan conflictos y rechazo y que si no ponemos remedio, irán a más. Actuar así conduce a lo que podríamos llamar el efecto del globo que si le metemos mucho aire, explota. Salvo, insisto, que (quien sea) quiera provocar conflictos con fines que no quiero imaginar.
España junto con Portugal e Italia, son las principales puertas de entrada de la emigración africana, que es la que se nos atraganta. La procedente de Sudamérica es diferente por razones que de sobra conocen. Sin embargo, la africana, como Vds. saben, es muy diferente y diversa culturalmente. Hay que diferenciar, básicamente, la zona geográfica del Magreb de la Africana del Oeste e incluso central. Por experiencias personales conozco ambos bloques y nada tienen que ver una persona de Senegal o Guinea (por ejemplo) con los magrebís. Tampoco entro, por desconocimiento, en razones políticas consecuencia de determinadas relaciones gubernamentales; pero me las imagino. No pierdan de vista que es más barato facilitar la salida de un determinado país, que mantenerlos a ciertos delincuentes en la calle o en la cárcel.
Está solución medio pasota provoca que la población migrante (que nos cuesta mucho esfuerzo, no solo económico, mantener y comprender) aumente; distinguir quienes vienen adoctrinados para otros fines y quien llega con la sana intención de aprender y progresar, es muy complejo. África vive verdaderas tragedias que no podemos consentir y tenemos que ayudar. No nos pueden sorprender sus deseos de migrar en busca de progreso; todas las sociedades desde el inicio del mundo han sido migrantes, se han movido buscando lugares más plácidos para progresar. Y los
gallegos, lo sabemos y los africanos tienen el derecho, y obligación, de hacerlo.
La pregunta del millón sería, ¿Cómo se arregla? Si es que hay una solución (queda claro que la que tenemos, no sirve) No soy experto, pero tengo claro que no es un problema de España o Italia exclusivamente. Es un problema de toda EUROPA (en mayúsculas) que más parece utilice a los países del Sur como filtro egoísta para controlar y elegir quién sí o quién no.
África, un continente con una gran riqueza en minerales, pesca, agricultura y minería. Es, con la Amazonia, la gran reserva de la biosfera y por tanto, mucho más importante para todos de lo que a priori podemos pensar. África ha estado dominada por diferentes países europeos como España, Portugal, Francia, Bélgica, Alemania… y todos, en mayor o menor medida, hemos obtenido beneficios gracias a África. A modo de ejemplo el Reino de Bélgica, a veces tan escrupuloso. Resulta que Amberes es la capital del diamante con una facturación superior a los cincuenta y cuatro mil millones y no tiene minas de diamantes. Portugal y el café, España y las madereras, Francia dominando la zona del Magreb; Inglaterra, tráfico de esclavos…. África nos necesita y se lo debemos. Nos necesitamos mutuamente.
No hay soluciones mágicas, pero habría que empezar por perseguir a los nuevos tratantes de esclavos y desmantelar toda la red de tráfico de personas y la Comunidad Europea tiene que negociar con los países pobres; pactar los flujos de personas e inversión en formación profesional y humana de los futuros emigrantes. Inversiones que ayuden a progresar social y económicamente a los países. No es fácil; lleva tiempo y cuesta, pero desde luego menos de que lo que estamos gastando en hacer lo que hacemos. Hay que intentarlo porque es de justicia. No será rápido; pero no imposible. Está claro que como estamos, no podemos continuar; ni por nosotros, ni por las personas que ejercen su legítimo derecho a vivir mejor y progresar. De nosotros depende..