«El encargado» y «Nada», dos series Argentinas para disfrutar y divertirse

Pedro Sande García

La primera versión de esta crónica estaba centrada en una sola serie, «El encargado». Ocurrió que antes de enviarla a publicar descubrí otro serial, también argentino, «Nada«, y decidí incluirlo ya que en ambos casos coincidían las dos expresiones que dan título a este artículo, disfrutar y divertir.

Aunque la RAE empareja estos dos verbos, disfrutar y divertir, como sinónimos, para mí tienen una diferencia, la decisión sobre si esta diferencia es pequeña o grande dejo que la tomen ustedes después de leer mis argumentos. Esa diferencia es que cuando me divierto implica que en algún momento mi rostro muestra una sonrisa, lo que no tiene qué ocurrir cuando disfruto. Permítanme que les ponga un ejemplo. Enero es una excelente temporada para disfrutar de la centolla, a finales de mes mucho mejor ya que los precios han bajado después de la locura provocada por la inflación navideña, y en ese mes hice un viaje a Ferrol para disfrutar de mi tierra y gozar de la compañía de unos buenos amigos. Como buen gallego, en mi viaje de vuelta cargue el coche con algunas excelentes viandas y entre ellas me traje a Madrid unos magníficos ejemplares hembra de maja squinado, a quien se le habrá ocurrido poner semejante nombre científico.
Necesitaría un artículo entero para describirles como disfruté con la degustación de los animalitos. Habrán visto que he utilizado dos veces el verbo disfrutar, solo en el caso de cuando estuve con mis buenos amigos hubo momentos en los que sonreí. Además de disfrutar de su compañía también me estaba divirtiendo, pero comiendo la centolla les puedo decir que no me reí en ningún momento. Imagínense a una persona que mientras se come uno de estos crustáceos, agarrando con las manos el cuerpo del animalito mientras lo destroza entre sus mandíbulas, no para de reírse. La imagen de alguien haciéndolo me da terror, me recordaría a Jack Torrance. En fin, estos ejemplos de la
centolla y de los amigos me reafirman en mi particular discrepancia con la RAE en cuanto a los términos disfrutar y divertir.

Pensarán ustedes que he permitido que las divagaciones me hayan alejado del objetivo central de este artículo, lo he hecho de manera consciente ya que también uno de mis objetivos era divagar sobre la diferencia entre las dos expresiones.

Lo que a continuación van a leer no tiene por objetivo hacer crítica cinematográfica ni televisiva, ni siquiera hacer recomendaciones, ni en negativo ni en positivo, mi único propósito es escribir unos comentarios, más o menos extensos, sobre dos series con las que he disfrutado y me he divertido.

Fueron esos amigos con los que estuve en Ferrol los que me recomendaron la serie argentina de «El encargado«. Les puedo decir que ha sido una de las mejores recomendaciones que me han hecho sobre series de televisión. La historia de Eliseo, el conserje de un edificio de clase alta situado en Buenos Aires, ha hecho que disfrutara y me divirtiera como pocas veces lo ha conseguido una serie o una película. Y esto lo ha logrado a lo largo de los 28 capítulos de sus dos temporadas. Cada capítulo de «El encargado», con una duración aproximada de 30 minutos, se consume y se disfruta con la misma meticulosidad y sosiego con la que el actor Guillermo Francella da vida de forma magistral a Eliseo, personaje central de la serie. Una interpretación que permite aunar en un mismo personaje al bueno y al malo de la película, la comedia, el morbo y la sátira.
Eliseo se mueve entre todos estos registros no solo gracias a una soberbia interpretación, también le acompaña un excelente guion que es capaz de hacernos pasar con toda naturalidad de la comedia al drama y de este al thriller haciendo que disfrutemos de cada una de las situaciones con los que la serie nos deleita. Sobre los diálogos podría pasarme líneas y líneas escribiendo, inteligentes y brillantes con el condimento de las geniales expresiones argentinas. No quiero hacerles ninguna revelación, palabra mucho más interesante que spoiler, pero las diferentes conversaciones que Eliseo mantiene con la psicóloga son para enmarcar como unos de los diálogos más ingeniosos y agudos de la historia del cine.

Los creadores y directores de la serie, Mariano Cohn y Gastón Duprat , han reunido a un elenco de actores que con sus interpretaciones consiguen mostrarnos todo lo variado que nos podemos encontrar en el comportamiento humano. Toda la historia se desenvuelve en un reducido escenario en el que destaca una magnífica fotografía y una banda sonora que, como los buenos aderezos, consigue potenciar cada momento de drama, comedia y thriller que se mezclan en una serie de la cual estoy esperando el anuncio de la tercera temporada.

«Nada», la segunda serie a la que dedico esta crónica fue una recomendación de los mismos amigos con los que estuve en Ferrol. Es una magnífica y deliciosa miniserie de 5 capítulos de los mismos creadores que «El encargado«. En esta ocasión también coincide que la historia se desarrolla alrededor de un protagonista principal, Manuel, un sibarita crítico gastronómico con escasos recursos interpretado de forma magistral por el actor argentino Luis Brandoni. Una serie que combina de forma natural la comedia y el drama pero donde siempre prevalece la sonrisa, donde el comportamiento maniático, extravagante y caprichoso de su protagonista se mezcla de forma natural con la acidez de sus comentarios sobre la sociedad actual. Ninguno de los actores que acompañan a Luis Brandoni desentona pese al poco tiempo que ocupan en pantalla los 30 minutos de duración de cada capítulo.

Poco prodigo a colaborar en series de televisión, hasta la fecha solo había participado en dos ocasiones interpretándose a sí mismo, Robert de Niro acepto formar parte del equipo de «Nada» por varias razones pero una en especial, su larga amistad con el actor argentino Luis Brandoni. Y Robert de Niro aunque interpreta a Vicent, un escritor de fama mundial, su verdadero papel en la serie vuelve a ser interpretándose a sí mismo como un gran amigo de Manuel. En algunos casos como narrador y en otros explicando el significado de algunas expresiones argentinas utilizadas por Manuel, sus intervenciones son otro de los ingredientes que consiguen hacer de esta serie una pequeña joya con la que disfrutar y divertirse.

«El encargado» y «Nada» son dos ejemplos sobresalientes que emergen y nos permiten no perder la esperanza ante la avalancha de series insípidas y vulgares con las nos inundan los nuevos canales.

Permítanme una recomendación para terminar, tanto si deciden ver cualquiera de las series de las que les acabo de hablar como si no lo hacen, disfruten, diviértanse y por supuesto cuídense mucho.

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