Enrique Barrera Beitia
Cuando escribo estas líneas, un conocido periódico madrileño ha confirmado públicamente lo que era un secreto a voces: que en agosto hubo negociaciones entre el Partido Popular y el círculo de Carles Puigdemont, para lograr la investidura de Feijóo. Ahora sabemos exactamente quienes participaron, y no es difícil imaginar cual debió ser el planteamiento del PP: una amnistía parcial que fuera aceptada por Vox, y medidas de alivio penal que fueran aceptadas por los independentistas catalanes. La amnistía parcial afectaría a los ciudadanos que se encerraron en los centros de votación y que fueron detenidos en el marco de las luchas callejeras, quedando excluidos los políticos relacionados con el Procés, para los que se gestionaría dentro de la mayor discreción posible, las citadas medidas de alivio. Esto es lo que hace meses llegó a mis oídos.
En los contactos que paralelamente el PP mantuvo con Vox, sin duda debió salir este tema, aunque no hubiera sido prudente darles muchos detalles. Los negociadores de Feijóo debieron poner especial énfasis en que desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa era lo más importante, y que en aras de este objetivo supremo habría que aceptar algunas concesiones, una pago más que razonable para obtener el gobierno de la nación.
Por diferentes motivos, los interlocutores rechazaron estas propuestas. En el caso de los independentistas porque no había suficiente margen para medidas de alivio fuera de la amnistía (yo no las veo y prefiero callar las que me imagino). En el caso de Vox porque el daño entre su electorado hubiera sido considerable. Estoy seguro que este rechazo fue el empujón final para que Iván Espinosa de los Monteros
y sus seguidores abandonaran Vox, instalado en la confrontación total propugnada por el ahora mayoritario grupo de Jorge Buxadé. Recordemos que este dirigente procede de la Falange y que formó parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, por lo que su estómago para aceptar este peaje no es el de su ya ex-compañero de partido, más volcado en una revolución ultraliberal de la economía que en batallas de identidad nacional y cuestiones morales.
El éxito de la operación era muy difícil por la necesidad de convencer a partes tan enfrentadas, pero de haber tenido éxito Alberto Núñez Feijóo habría hablado de la necesidad de pasar página, de devolver a la política lo que nunca debiera haberse desviado a la justicia, o que había que hacer estas cesiones porque Pedro Sánchez estaba dispuesto a concederles un referéndum, y eso si que era una línea roja. A fin de cuentas un partido político como el PP tiene recursos para manejar este tipo de vaivenes dentro de una satisfactoria gestión de daños.
Para terminar, un comparación entre la manera en que PSOE y PP están gestionando las relaciones con sus socios preferentes. Nadie discutirá que el paso por el gobierno ha diluido a Podemos en beneficio de otros perfiles menos dados a la confrontación y más preocupados por gestionar sus ministerios, como Yolanda Díaz o Íñigo Errejón. Por el contrario, Vox no es una coalición de partidos y no es previsible (por lo menos a corto-medio plazo) que termine siendo “centrado”, lo que aleja al PP de alcanzar acuerdos con los nacionalismos de derechas.
El articulo del Sr. Barrera me parece oportunista, centrando su discurso en las supuestas maldades de un PP que pretendía hacer algo parecido a lo que hizo Pedro Sánchez, y reconozco que no sigo al Sr. Barrera, pero no recuerdo si hizo publica su postura sobre la política del ahora Secretario General del PSOE, que básicamente propugna la desigualdad de los Españoles con el fin último de mantenerse un “poquito” más en la Moncloa.
Un principio irrenunciable del PSOE fué siempre la IGUALDAD, y el Sr. Sánchez a renunciado a todo por mantenerse en el poder,y los Socialistas de “verdad” se mantienen firmes en sus ideas, en este nuevo PSOE quedan los que se aferran a la poltrona, algunos “ciegos” que confunden Socialismo con Revanchismo, y algunos otros que sienten tanto odio hacia la derecha que les vale todo.
Que nadie olvide que el Sr. Barrera es de izquierdas, pero no tengo claro si socialista o Sanchi
Estimado Gonzalo;
la política de Igualdad se hace redistribuyendo la renta entre los españoles, tanto entre comunidades como dentro de cada comunidad. Hablo de subidas del salario mínimo, actualización de pensiones, nuevas ayudas como el Ingreso Mínimo Vital o creación de puestos de trabajo. Si para ello, el gobierno de coalición tiene que negociar con unos y otros, me parece bien.
Lo que le llega a señor Barrera «a sus oídos» no le da para librarse, en la redacción del artículo, de tanto verbo haber en pluscuamperfecto de subjuntivo y en condicional simple de indicativo (habría y hubiera respectivamente). Vamos que no le da al señor Barrera su oído para librarse del carácter hipotético del subjuntivo, ni del condicional de indicativo. En fin tanto en la forma como en el fondo el artículo no es una opinión, porque ni a eso llega, si no una deshilachada especulación divagante y pretenciosa.