Manuel Galdo
El Concello de Ferrol, titular de la vía en el tramo final de la AP-9, pretende, aunque cuestiones vacacionales de la empresa que tiene que hacer la instalación de la señalización necesaria se lo impiden, poner en funcionamiento el radar instalado recientemente en el Km. 1 de la FE-15 a la altura de La Malata. La autopista terminó 500 metros antes de donde está instalado el aparatito. Su puesta en funcionamiento se efectuará probablemente durante los días que restan del mes de agosto. Ojo, no digo que con esta instalación el Ayuntamiento vaya a hacer su agosto, que también, ya que lo que pretenden y van a hacer es por un lado conseguir unos ingresos seguramente nada despreciables por su cuantía y por el otro tratar de evitar, dicen, la alta siniestralidad de la vía en esa zona.
Hasta aquí todo está muy bien, por un lado procuran unos pingües ingresos y por otra evitan los gastos que suponen estos percances para el erario público. Lo primero es seguro, lo segundo está por ver.
Es lo que se dice “matar dos pájaros de un tiro”. La verdad es que el radar como tal solo servirá para sancionar. Su ubicación en un tramo recto sobrepasada la curva donde se producen los accidentes poco o nada influirá en los mismos, si bien es cierto que la señal indicativa de su existencia, si aciertan a ponerla en el lugar adecuado, antes de la curva en cuestión, si puede ser un revulsivo para disminuir la accidentalidad del tramo, al menos para los desconocedores de la vía. Una vez advertidos de la existencia del radar con la indicación preceptiva circularán dentro del límite establecido de 50 Km/h. minimizando o reduciendo considerablemente la posibilidad de accidentes. Los demás, conocedores de su ubicación, seguirán circulando por la vía según tengan por costumbre hasta poco antes de alcanzar la zona donde está localizado el “aparatito”. Allí sí, si no van despistados, que todo puede ser, reducirán la velocidad hasta ponerse dentro del límite que las señales existentes establecen evitando así ser sancionados..
La vía sin estar congestionada tiene una densidad de circulación elevada ya que por la misma circula una media de 6.000 vehículos diarios, pudiendo concluir que con esta cantidad de usuarios circulando, los despistados infractores que superen la velocidad permitida y lo hagan excediendo en 1 Km la máxima en esa zona de la vía, serán la sancionados con 100 € que quedarán reducidos a 50€ si se efectúa el pago en plazo de la multa estipulada. Si damos por supuesto que los infractores alcancen el 1% de los usuarios de la vía, después de una sencilla operación matemática podemos concluir que el radar en cuestión proporcionará al Concello, cuando esté operativo, los pingües beneficios de que antes les hablaba y que rondarán los 3.000 € diarios.