¿ Violencia de género o violencia doméstica?

José Carlos Enríquez Díaz

La violencia es siempre horrible. Y la violencia en el seno de la pareja con la muerte de tantas mujeres nos conmueve de forma especial. Raro es el día que no aparece en los medios de comunicación alguna noticia de violencia contra una mujer. Noticias de agresiones, violaciones y muerte a manos de sus parejas.

Me sorprende también que en estos casos no se den todos los datos. Se nos dice que un varón ha atacado a una mujer con resultados de lesiones o muerte, pero no hay más detalles. Seguramente nos llevaríamos una sorpresa si nos dieran a conocer algunos detalles, por ejemplo, la nacionalidad de los agresores. En lo que va de 2019, los hombres extranjeros que mataron a sus parejas representan el 42,86 por ciento de todos los asesinos machistas. Son casi la mitad. Esta cifra es por ahora más elevada que la de otros años. A ello habría que sumar la cuestión de las agresiones sexuales. Según cifras publicadas el año pasado por el Ministerio de Interior, el 48 por ciento del total de agresiones sexuales fueron cometidas por extranjeros.

Por otra parte, la familia tradicional ha saltado por los aires. Han saltado los códigos éticos, religiosos y sociales por los que se regía la familia tradicional y eso hace que, en muchos casos, el único código que se aplique es el civil. El proceso judicial de divorcio solo da soluciones jurídicas a unos conflictos que tienen unos componentes psicológicos, emocionales y personales importantes, y eso no se resuelve en el juzgado. Por lo tanto, esto es un grave error

Aumenta la conflictividad después de la ruptura, porque las sentencias no resuelven los conflictos. Hay muchas decisiones que tienen que tomar conjuntamente el padre y la madre y muchas veces no se ponen de acuerdo. Por ejemplo, elegir un colegio, organizar la comunión o el bautizo, o en ocasiones, asuntos más graves como son los tratamientos médicos que hay que aplicar al niño con enfermedades graves o complicadas.

Tras la LIVG (ley de violencia de género), la tasa de  muertes de mujeres aumentó, probablemente, según dicen algunos abogados, por venganzas de hombres desesperados tras ser despojados de su casa, hijos, trabajo, dignidad. Los profesionales que se lucran de las políticas de género lo saben   Las muertes de las pobres mujeres  les da derecho a exigir más fondos. ¡Que no les toque una ley tan útil a estos profesionales! Ridículas campañas  que, tras miles de millones de euros derrochados con dinero de todos, no han salvado ni a una mujer.

Las manifestaciones de mujeres, que nadie nos engañe, fue el comienzo de la precampaña del PSOE y sus acólitos.

Media España ha visto en televisión a la Vicepresidenta del Gobierno decir que en caso de que una mujer acuse a su compañero sentimental de maltrato hay que creerla “sí o sí”. Además si la acusación se realiza en fin de semana el varón pasa un par de días en el calabozo, porque hasta el lunes no le toman declaración.

 La tragedia y el infierno por el que pasan algunos hombres tras un mal divorcio puede ir a mayores. Lo peor llega cuando hay juicios emocionales, la expareja denuncia abusos sexuales, violación o, en el peor de los casos maltrato psicológico. Es entonces cuando el divorcio pasa del juzgado civil a la violencia de género. ¡Ahí el hombre ya está perdido! Esto se da más cuando la madre quiere la custodia total de sus hijos. En estos casos hasta que haya una sentencia firme el hombre no podrá ver a sus hijos y otros padres irán directos a prisión provisional. Puesto que la presunción de inocencia de un hombre acusado de malos tratos está, cuando menos, muy en entredicho, una denuncia falsa provoca la detención del hombre, su puesta a disposición judicial y con frecuencia la prisión preventiva, con la única esperanza posible del sobreseimiento del caso, que llegará sólo en la mejor de las situaciones.  Además, es una barbaridad jurídica que sea el acusado quien tenga que demostrar su inocencia. Es el acusador quien debe demostrar la culpabilidad, pero la presión social a la que están sometidos los jueces es tan grande, que la inocencia absoluta no asegura a los hombres la libre absolución en aquellos casos en que no hay pruebas contra ellos, como así debería obligar la presunción de inocencia que existe desde el Derecho Romano (“in dubio pro reo”) y que aparece en el artículo 24.2 de nuestra Constitución. 

Un puñado de hombres, quizás varios miles,  tal vez más de los deseados, son merecedores de su condena, pero una parte sólo son víctimas inocentes de las mentiras y de las falsedades de un sistema legal que permite de la forma más sencilla expulsarlos sin más de la sociedad.

Estos casos apenas son recogidos en los medios de comunicación, pero el ciudadano de a pie conoce de primera mano la realidad.

Después de todo esto, muchos jóvenes tienen miedo y deciden no tener pareja, algunos de ellos recurren a los despachos de abogados pidiendo asesoramiento antes de casarse, pero no precisamente por el tema de la separación de bienes, sino por el tema de la custodia compartida o por lo que les pueda pasar si su pareja se enfada un día y los acusa de algo que no han hecho. Aunque de estos temas en la prensa no se habla, muchos jóvenes están viviendo lo que les sucede a un hermano, a un primo, un amigo o un compañero de trabajo.

Así las cosas, muchos varones no solo tienen que lidiar con la separación de su pareja sentimental; también se les presenta un cambio económico radical en su vida. Deberán hacer frente a las pensiones alimenticias y a la manutención que dictaminen las sentencias y así llegamos hasta casos de padres que duermen en su coche y van a comer a la cocina económica porque no les ha quedado nada.

Detrás de todo esto hay un auténtico negocio que se lucra y prospera económicamente con la ley de violencia de género. Despachos de abogados, asociaciones que se hacen llamar feministas que saben que cuantas más mujeres tengan en su haber, más subvenciones perciben.

Los políticos están dividiendo a la sociedad, están creando una guerra absurda, inútil y encima con dinero público, con nuestros impuestos. ¡Es lamentable!

 

 

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3 comentarios

  1. Victor seijo Lopez

    Estamos hartos, de que los problemas de familia estén tipificados por sexos, los problemas no tienen sexo, estamos viviendo una sociedad egoísta sin principios de familia, cuyos resultados los tenemos actualmente en halto porcentaje de parejas de nueva generación inicialmente atesoran hijos, bienes materiales y deudas, al primer contratiempo, generado sin duda por ambos, se disuelve la pareja con una lluvia de problemas, «imposible de resolver en un juzgado» con leyes anti-hombres.

    • Cierto Víctor: ¡Cuántos hombres se han suicidado porque los hijos son sólo de ella y se los llevó!

  2. Veo a mucho progre intentando censurar la verdad objetiva y que irreflexivamente siguen los sofismas de la ideología de género, que busca destruir la familia y la sociedad con objetivos maltusianos diseñados por grandes plutocratas como Soros, Gates, los Rockefeller, etc. Ánimo al autor de este magnífico articulo. Recomiendo leer a Gabriele Kuby y su libro: «La Revolución sexual Global. La destrucción de la libertad en nombre de la libertad «.