El Almirante general Teodoro López Calderón, jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), ha presidido junto con el obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, Luís Angel de las Heras; el conselleiro de Política Social de la Xunta de Galicia, José Manuel Rey Varela; y el almirante jefe del Arsenal Militar de Ferrol, Antonio Duelo Menor; la tradicional procesión del Cristo de los Navegantes en la tarde del Miércoles Santo.
A las siete de la tarde en la iglesia parroquial del Socorro abarrotada de fieles, se ofició la Eucaristía presidida por el obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, Luís Ángel de las Heras.
Una vez finalizada la Santa Misa se organizó la procesión, la única en la que no figuran miembros de Cofradías y solamente van detrás de la imagen las autoridades, representaciones y el pueblo.
La imagen del Cristo (Enrique Carballido,1949) iba sobre un paso de caoba y adornado con iris morados y gerveras rojas.
Y seguidamente el pueblo, más de un millar de personas, numerosos miembros de la Armada en activo y en la reserva, y de las marinas deportivas, mercante y de pesca,el presidente de la Autoridad Portuaria, José M.Vilariño, así como numerosos vecinos de todas las edades, demostrando su amor hacia esta imagen.
La procesión se dirigió por la calle Espartero y San Francisco hasta la Puerta del Parque del Arsenal en donde procesionó el Cristo por vez primera y al que una escuadra de gastadores, tras rendir los honores de ordenanza, dio escolta al trono durante su paso por las instalaciones militares hasta su salida por la puerta de la “Cortina” regresando por la avenida de la Marina hasta la parroquial del Socorro.
La parte musical estuvo a cargo de la Unidad de Música del Tercio del Norte de Infantería de Marina.
La tradición
Cuenta la tradición que un día de fuerte temporal se refugió en el puerto de Ferrol un navío que transportaba sal; cuando calmó la tempestad el buque intentó hacerse a la mar, pero cada vez que pretendía salir, soplaba nuevamente el vendaval; en la última tentativa, se observó que la tablazón de la embarcación rezumaba salmuera, razón que obligó a retirar la carga y puso al descubierto la presencia inexplicable del Cristo oculto en la bodega de la nave, se consideró que el Cristo no quería abandonar la ciudad, y se dispuso entregar la imagen a la iglesia parroquial de San Julián, con la construcción de un nuevo templo se instaló la talla en el altar del Cristo, posteriormente con la edificación de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, cuyas obras se principiaron el uno de enero de 1767, se traslada definitivamente el Cristo a este templo.
La imagen es una talla de grandes proporciones, del siglo XVII, obra de estilo barroco de naturaleza claramente popular y uno de los escasos Crucificados muertos que hay en Ferrol. La escultura no está documentada en «Ferrol Vello» hasta 1984.
El mal estado de conservación de este Cristo de los Navegantes aconsejó no sacar más la talla en procesión. Así las cosas, se vio en la necesidad de encargar una talla de Cristo Crucificado con el único fin de servir para la procesión de Semana Santa