El rey Felipe VI ha presidido este domingo, coincidiendo con la celebración de la festividad del Día del Carmen, patrona de la Armada española, el acto en la Escuela Naval Militar de Marín de la jura de bandera de 67 alumnos de primer año y la entrega de Reales Despachos a 196 nuevos oficiales de la Armada que, con ello, finalizan su formación.
En la explanada de la Escuela Naval Militar, Su Majestad, acompañado por la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha pasado revista al batallón de alumnos y ha saludado al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices; el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva; y la alcaldesa de Marín, María Ramallo.
Acto seguido, se ha rendido homenaje a los que dieron su vida por España, con la interpretación de la canción ‘La muerte no es el final’ y una ofrenda a los caídos, tras lo que ha habido una descarga de fusilería y se ha tomado juramento o promesa de fidelidad a la bandera a los 67 alumnos de primer curso -8 de ellos mujeres-, quienes han sido llamados uno a uno para besar la bandera.
A continuación, se han entregado los Reales Despachos a los 196 nuevos oficiales -41 de ellos mujeres-, y después el rey ha impuesto condecoraciones a los alumnos ‘número uno’ de cada promoción y el presidente de la Xunta ha entregado un sable al alférez de navío número uno de la promoción del Cuerpo General de la Escala de Oficiales.
Una vez que el arzobispo Castrense de España hubo rezado una Oración de Acción de Gracias, el comandante-director del Centro ofreció su discurso.
«BUENA ACTITUD»
El comandante-director del Centro, en su discurso, ha puesto en valor que el Rey haya acudido a la Escuela Naval de Marín dos veces en menos de dos meses, después de que el pasado 2 de junio presidiese con el rey Don Juan Carlos el acto central conmemorativo del 300 aniversario de la creación de la Compañía de Guardias Marinas, antecesora de la actual Escuela Naval Militar. Además, durante su intervención, ha recordado que Felipe VI estuvo embarcado en el buque escuela ‘Juan Sebastián Elcano’. «Os habrá traído numerosos recuerdos de vuestra estancia como guardamarina», ha apuntado, tras lo que ha exhortado a los nuevos alumnos a cumplir «fielmente el compromiso adquirido» este domingo.
Dirigiéndose a los nuevos oficiales, ha reconocido que llegar a su graduación «no ha sido fácil», si bien ha manifestado que «todo lo que merece la pena en la vida exige esfuerzo y sacrificio». A renglón seguido, les ha animado a preguntarse cada uno de ellos cómo pueden ser «un buen oficial», y les ha trasladado que «el secreto del éxito, personal y profesional, es la actitud». «La mala actitud es como una rueda pinchada, no puedes ir a ningún lado hasta que la cambies; y con buena actitud, positiva, se podrá lograr casi todo lo que se proponga», ha destacado, antes de añadir que la actitud «es algo que cada uno puede elegir en cada momento». En este sentido, les ha pedido una buena actitud hacia sus subordinados, sus compañeros y sus superiores.
Finalizadas estas palabras la ministra de Defensa ha impuesto la Cruz del Mérito Naval al director del Centro Universitario de la Defensa, José María Pousada Carballo, y finalmente se ha interpretado el himno de la Armada y se ha desarrollado el desfile militar.
Al romper filas, los alumnos han lanzado sus gorras al aire, y después, junto a Su Majestad el Rey, se han trasladado al casino de alumnos ‘Almirante Bonifaz’. El acto, en el que no ha estado presente la reina, ha transcurrido con puntualidad y sin incidentes, con la única salvedad de que uno de los miembros de la banda sufrió un desvanecimiento por efectos del calor.
VISITA AL ‘ELCANO’
Antes de participar en el acto de jura de bandera y entrega de Reales Despachos, el Rey, acompañado de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y el almirante jefe de Estado Mayor de la Armada, el almirante general Teodoro Esteban López Calderón, acudió al buque escuela ‘Juan Sebastián Elcano’, que este año celebra el 90 aniversario desde su botadura. Allí, saludó a los excomandantes -un total de ocho- y a una representación de la dotación del buque, y a continuación se dirigió a la Cámara del Comandante para firmar en el libro de honor. Después, fue despedido con honores a cargo de un piquete de guardia militar. Este buque escuela es un bergantín-goleta, cuya misión primordial es «mantener a los guardias marinas -que cursan- cuarto curso de su carrera en la Escuela Naval Militar, en íntimo y constante contacto con la mar». El propio rey, al igual que su padre, el rey emérito Don Juan Carlos, se encuentran entre los guardiamarinas que embarcaron en este buque, en los años 1987 y 1958, respectivamente.