Hace unos días saltaron dos noticias relacionadas con Ferrol, que junto con otra circunstancia ferrolana, me hace pensar sí en nuestra ciudad estamos preparados para un futuro inmediato distinto de ser una bella ciudad de jubilados.
Las primera noticia, la mala, nos llegó de la agencia Eurostat (oficina que entiende de estadísticas en la Unión Europea) en su informe sobre la estructura de población en las ciudades europeas con más de 45 mil habitantes dice que Ferrol cuenta con 3,3 menores de cinco años por cada cien habitantes, colocándonos esta cifra en la cola de las ciudades mencionadas.
Quiere ello decir que en nuestra ciudad hay 2.326 niños en el rango de edades más temprana. A tal dato hemos de añadir la circunstancia propia de que el 60% de la población es pensionista; estas cifras confirman lo dicho en distintos foros, y en varias ocasiones, en relación a la estructura poblacional de Ferrol por edades y su pesimista futuro como ciudad, y que económicamente tiene ya varias repercusiones negativas, entre ellas el decaimiento del comercio tradicional y el efecto en el sector de la enseñanza.
Este problema poblacional no se soluciona rápidamente, salvo importando personas jóvenes y familias y aún así el proceso es lento. Estás claves condicionan a nuestro actual Ferrol y del futuro. Y no vale lo que siempre parece nos consuela, que es que la población más joven se ha ido a Narón, que quizás sea cierto, pero se han ido y difícilmente volverán a ser ciudadanos ferrolanos de número, lo que nos invita a pensar de nuevo en que tal vez no sea descabellada la idea de la fusión de ambos ayuntamientos.
La otra noticia, la buena, es el compromiso de Navantia garantizando durante diez años 3.400 puestos de trabajo alcanzando, dice la Compañía, en determinados momentos los 7.000 de impacto total a partir de 2018. Este hecho, añadida la construcción de los Jackets en el antiguo Astano, nos invita a pensar en que el deseado repunte industrial y económico de la comarca, llega por fin.
Enlazar ambas noticias, una vez reposadas, cuesta y es cuando me surge la duda sí Ferrol está preparado para competir con las poblaciones de la comarca para ser la ciudad elegida como residencia por quienes han de venir a trabajar, ya que parece no hay suficientes jóvenes, (ni en Narón) para incorporarse al trabajo y además la mayoría del personal activo en los astilleros está en edad cercana a la jubilación, aunque será clave su aportación de experiencia y conocimiento a las nuevas incorporaciones de personal al astillero.
La duda que me surge es sí a los que vengan les apetecerá vivir en Ferrol o hacerlo en pueblos como Mugardos, Ares, Narón, Sada, Miño o la propia Coruña.
La oferta ferrolana de alquileres, servicios, ocio y sobre todo ciudad cómoda para vivir ¿estará a la altura de las circunstancias? Esa es la clave. El tiempo avanza y las oportunidades como viene, se van.
Esperemos que sí, siempre es mejor vivir cerca de tu trabajo.