Jorge Suárez ha informado en la mañana de este lunes en torno al vertido al mar de poco más de 800 litros de hipoclorito sódico, empleado para la desinfección del agua de la de la piscina municipal, de Caranza, y que tan pronto se tuvo conocimiento del tema personal del parque de bomberos, el coordinador de Seguridad del Ayuntamiento, agentes del Seprona y técnicos de Augas de Galicia acudieron al recinto deportivo.
El vertido «no se pudo detectar» por parte de la empresa que gestiona las instalaciones, sino que «se comprobó por la inspección técnica» toda vez que el incidente fue gradual, se estuvo «vertiendo durante más de 30 horas» a la ría de Ferrol. Se inició en una fisura de un depósito en la jornada del domingo.
Sobre la duración del suceso, ha aludido a un hecho «certificado por técnicos especialistas de Augas de Galicia que no es un accidente grave, sino leve sin consecuencias posiblemente para el medio ambiente pero aun así se tomarán medidas para que no vuelva a ocurrir».
Los efectivos desplazados procedieron a «evaluar los daños», una tarea de la que estuvieron informados los concejales de Seguridad y Deportes y el propio regidor. Este último ya ha anunciado que se procederá a «sustituir» el depósito por otro «de doble fondo».
Aunque ha insistido en que «fue un accidente», Jorge Suárez ha indicado que habrá que «evaluar lo que aconteció» y esperar a lo que «dictamine el escrito de Augas de Galicia y Ayuntamiento».
Es considerado leve porque les pasó a ellos. Si llega a pasar estando el PP en el gobierno, ya hablarían de terrorismo ambiental y habría manifestación en la Plaza de Armas. Pero lo dicho, como está la Marea, pues fue «una tontería, nada más». Sin consecuencias ni responsabilidades.