El presidente del Real Instituto Elcano, Emilio Lama de Espinosa, ha abierto el nuevo curso de la Cátedra «Jorge Juan», iniciativa auspiciada por la Universidad de A Coruña y la Armada Española en Ferrol.
Lamo de Espinosa ha reivindicado el «papel histórico» del continente y sus «fenómenos culturales universales».
No en vano, ha considerado que es la «única región que sigue teniendo alcance universal» ante el público citado en el recinto museístico de Exponav.
El catedrático de Sociología por la Universidad Complutense de Madrid ha evocado a figuras como Bismarck, quien en su día argumentó que «Europa era geografía» únicamente.
Ha visto «exagerado» ese posicionamiento y ha situado en la construcción del entorno actualmente conocido al propio buque que bautiza al organismo que preside.
También a la «cristiandad occidental» como cimiento de la «gran sociedad» que equipara al «árbol al que han venido a cobijarse» tantos pueblos del resto del globo.
Una ponencia también copada por la máquina de vapor o el petróleo, verdaderos motores tanto de la sociedad industrial como de la contemporánea.
Sin embargo, Lamo de Espinosa ha mencionado etapas diferentes a la de «hegemonía europea, dejando muy atrás al resto del mundo».
Ha resaltado que en 1820 China e India absorbían «casi el 50 % del PIB mundial», pero escasamente el «5% en 1950».
El protagonismo del Viejo Continente en la singladura histórica está igualmente capitalizado por la Conferencia de Berlín de 1884, sin países más allá de Europa para «repartirse África como un botín».
Alumbró aquel cónclave el «momento de mayor expansión», pero pronto habría ocasión de replegarse. Las contiendas bélicas de alcance mundial «iban a ser letales», ha sentenciado el presidente del Real Instituto Elcano, que considera que la segunda «acabaría destruyendo» el dominio de las potencias convencionales, se resignarían a seguir «el camino de la descolonización de España», iniciado mucho antes.
El gran cambio, a las puertas: «La Europa descolonizada iba a ser colonizada». Dicho y hecho: Estados Unidos y Rusia se hicieron con sus entornos respectivos, valorando el ponente que fuese el primero quien ejerciese control en España.
Así, Emilio Lamo de Espinosa ha indicado como hecho relevante que el conglomerado norteamericano, «un país extraeuropeo», otorgase «libertad» a un país en reconstrucción al arranque del franquismo.
Algunas cosas han cambiado; otras, no tanto: «En buena medida, seguimos siendo dependientes de Estados Unidos en seguridad». Y es que, lo dijo Ortega y Gasset, «Europa ya no manda en el mundo».
Ahora encara el rápido crecimiento del Tercer Mundo con un 8% del censo mundial, «y desciende», frente al repunte de África, que ronda el 22 %. Hay «seis asiáticos por cada europeo»; entre los más poblados del planeta, apenas Alemania.
A Europa, ha opinado quien abre un curso de conferencias, le toca ejercer de líder. Y «el líder tiene que inventar» y «reinventar».
Porque, concluye Lamo de Espinosa, es «mucho más fácil copiar que inventar». Es «la ventaja de llegar el último».
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