La concejala socialista Rosa Méndez compareció al mediodía de este martes ante los medios de comunicación tras la jornada de ayer, marcada por el anuncio del alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, en delimitar la acción competencial de concejalías en manos del PSOE a Beatriz Sestayo, Bruno Díaz y Germán Costoya,manteniendo las de la edil de urbanismo María Fernández Lemos y las de Rosa Méndez, así como el anuncio de la ejecutiva local socialista de romper el pacto de gobierno en el Concello «sen dous dos cinco integrantes da formación socialista no goberno».
Méndez confirmó en primer lugar que «eu non sou nin seré nunca unha tránsfuga», como aseguraron algunos medios de comunicación, reivindicando con ello su intención, y así la de María Fernández Lemos, de haber querido siempre ocuparse de sus respectivas áreas «cunhas actuacións para o beneficio de Ferrol, Ferrol é o máis importante». «Sen compartimentos estancos, cousas que os cidadáns perciben, e hai que estar á altura».
Ante la situación, escudándose en que en cualquier grupo humano «discrepar é un dereito fundamental», la socialista anunció que ha solicitado a los órganos superiores de arbitraje del Partido Socialista «correspondintes, sexan a nivel provincial, autonómico ou nacional», mediar en lo sucedido «e no que está a ocurrir agora mesmo no goberno de Ferrol». «Nós viñemos cun programa pactado e cunhas actuacións para o beneficio da cidadanía, por iso, non pode quedar nas mans de tan só tres persoas unha decisión tan seria», apuntó Méndez, refiriéndose a Beatriz Sestayo y sus concejales más allegados.
Rosa Méndez criticó también todo lo sucedido con María Fernández Lemos, asegurando que fue «inxusto» que recibiera «fortes presións» durante la semana en la que el Partido Socialista de Galicia se jugaba las elecciones autonómicas.
El asunto tiene miga y no se salva ni el tato. En primer lugar, Rosa Méndez y María Lemos, la concejal de Urbanismo, se deben, desde un punto de vista ético, a la disciplina del Grupo Municipal socialista y del PSOE. Ambas resultaron concejales por la confianza que en ellas tenía Beatriz Sestayo (es de suponer). No creo que fuesen engañadas y ellas conocían bien a Beatriz. Entonces les convino sumarse, de su mano, al carro del PSOE. Ahora, que de renunciar a su cargo en el gobierno perderían un buen sueldo -el único, repito, el único que tienen-, se olvidan de su inicial conveniencia y se pasan a la conveniencia de mantener el sueldo de la mano de otro partido, siguiendo así a quien les paga. Si tuviesen algo de dignidad dimitirían hoy mismo de sus cargos. Pero no creo que lo hagan. Sólo siguiendo en el cargo se aseguran el sueldito público a fin de mes. Y eso, en los tiempos que corren, es mucho más de lo que ganarían en sus actividades profesionales. Las dos quedan muy desacreditadas. Son, lisa y llanamente, dos tránsfugas.
Beatriz Sestayo. Hace tiempo que viene siendo un desastre y el ¿Alcalde? ha tenido disculpas suficientes para cesarla en múltiples ocasiones. No parece que pueda uno fiarse de ella y eso lo viene padeciendo el socialismo en Ferrol desde hace ya tiempo. Debería de apartarse y dejar que el partido se renovase, empezando la renovación por ella. Pero no lo hará, al menor no lo hará voluntariamente.
Lo único coherente que ha hecho es presentar su renuncia y la de su Grupo Municipal (sabemos que no al completo) a formar parte del Gobierno en obvia respuesta a la decisión previa del ¿Alcalde? Los demás, un cúmulo de desafortunadas actuaciones que comenzaron con su anclaje al escaño en Santiago que muchos ya no recuerdan pero un servidor si.
Utiliza la política para medrar. Es evidente y además lo hace sin disimulo alguno. Está condena a desaparecer de la política porque ya no le es útil a nadie. Pero no es la peor, ni mucho menos. Peores son quienes, conociéndola, entraron de su mano en el Ayuntamiento, muy significadamente quienes ahora han decidido dar el paso de seguir en el cargo.
El ¿Alcalde? Puede parecer que su decisión es un golpe de autoridad. Pero nada más lejos de la realidad. De tener algo de autoridad ya hace tiempo que habría adoptado esta decisión de cesar a Beatriz y sus seguidores. Pero lo hace ahora, para sumar a su causa, a dos concejales de otro grupo. Se convierte así el ¿Alcalde? en el mejor apoyo al transfuguismo, lo que se nos antoja como muy lamentable.
Por otro lado, pretender gobernar un Ayuntamiento de 25 concejales con tan sólo 8 es de una miopía total que demuestra lo poco que sabe de este Negociado. Le viene muy, pero que muy ancho el cargo. Y ahora sus asesores le han ayudado a columpiarse aún más. Es de suponer que el Pleno del Ayuntamiento recuperará todas sus competencias delegadas en la Alcaldía y esto hará que dependa absolutamente del Pleno en el que tendrá el apoyo, recordemos, de 8 concejales sobre 25 -o 10 si cuenta con los del BNG-, frente a 11 del PP y 3 del PSOE (que ni siquiera necesita votar con el PP, bastará con abstenerse. Y, además, sin Presupuesto propio.
Vamos. Un lumbreras.
El BNG. Está destinado a desaparecer por su ausencia absoluta de lider (¡Hay Xaime Bello, con todo lo que trabajaste! Asiste al desaguisado que el mismo BNG ayudó a crear (no olvidemos que sus dos votos fueron los que permitieron esta broma a la que asistimos. Que no se olvide el BNG de su responsabilidad.
Pues ahora no hará nada. Vive en un constante desatino. Creo que nunca como ahora el nivel de sus representantes ha sido tan bajo.
El PP. Desaparecidos Rey y Diego Calvo -en la Xunta para su mayor gloria personal (a la ciudad que le den viento)-, no tienen a nadie que pueda mantener el nivel. La ocasión la vienen pintando calva desde hace ya tiempo pero no son capaces de obtener la más mínima rentabilidad. No se aprecia en ninguno de sus miembros el más mínimo mimbre para pensar en políticos de futuro (aunque la verdad, visto el nivel general tampoco es que se exija mucho y parasitan en el Ayuntamiento a la espera de que una ola favorable les devuelva la Alcaldía. Poco, muy poco, para un Grupo con tanta representación y que ahora deberá moverse con mayor agilidad utilizando los resortes que tienen para controlar un pleno en el que tienen 11 concejales sobre 25 y en el que los demás grupos están divididos y enemistados entre sí. A ver que son capaces de hacer. Me temo que nada o muy poco. Por no tener no tienen ni capacidad dialéctica, algo de lo que la derecha en Ferrol siempre al menos ha podido mostrar.
De Ciudadanos nada puedo decir salvo que necesitan a alguien con una mayor presencia mediática. Su actual única concejal debería aprovechar tal circunstancia, el ser la única, para dejarse ver más y asentar su liderazgo social. Claro que para eso además de querer hay que saber. Y le falta garra.