«Calle Galiano: buena consejera»

Juan Cardona CJuan Cardona Comellas-(juan@juancardona.es)
Hace unos años escribí un artículo sobre la calle Galiano, calle que me ha visto nacer. En él le hablaba, entre la prosopopeya y el apóstrofe, de su origen, su ascenso y decadencia. Le recordaba como se trasformó desde unos modestos huertos del lugar del Castañar en una calle principal de un Ferrol que completaba, después de un siglo, su barrio más señorial.

Hoy repasamos ciertos hitos en tu discurrir. La apertura de la Puerta Nueva como principal acceso terrestre a la ciudad, te dio la vida. La puesta en funcionamiento del mercado en la Plaza de Armas, revalido tu importancia. La llegada del ferrocarril a principios del siglo XX y más tarde las líneas de autobuses que albergabas, significaron tu ascenso. El comercio floreció durante largo tiempo; y ya sin la limitación de la muralla la inauguración de la Plaza de España en 1953, supuso tu apogeo. En este tiempo te codeaste con la calle Real: ella más larga, tu más cómoda para vecinos y visitantes. Acogías con alegría las cabalgatas de reyes, desfiles de Carnaval y procesiones de Semana Santa; y cuando la fortuna abandonó la ciudad te recorrieron con firmeza las manifestaciones en defensa del naval demandando un mejor futuro para la ciudad. Hoy los eventos te evitan y los organizadores te marginan. Tu acceso está cercenado por la brillante solución que se dio a tu querida Plaza de España, verdadero galimatías para visitantes en donde el mismo Teseo se pierde sin remedio en su laberinto.

Años 30
Años 30

Mentes privilegiadas intentaron poner coto a tu declive, te despojaron de la aceras (las primeras colocadas en la ciudad) levantaron tu empedrado y lo recolocaron (con algunas mermas) perdiendo su geometría ortogonal. Satisfacción entre la corporación municipal: La primera peatonalización de 24 horas estaba en marcha; solo quedaba ver como la calle repuntaba. Los cálculos fallaron y la cuesta abajo se acentuó en plena caída libre. Otras mentes biempensantes remodelaron la Plaza de España: fue tu defunción. Hoy no puedes ofrecer pasteles, ni maletas, ni bolsos; comprar una alcayata es imposible, lo mismo que un lápiz, una goma o un plumier, encargar un «recordatorio” término desconocido; un barra de pan o unos alfileres son «pasado», lo mismo conseguir una »póliza», un paquete de cigarrillos o una hoja de bacalao. Una partida al billar, ¿qué es eso? Los comercios clásicos van cerrando con la excepción de «Pepe Rodríguez», «El Cisne» con José Criado, las joyerías JAR y Jenaro, y pocos más. Negocios más modernos, de duración incierta, ocupan algunos de los lugares que dejaron vacíos el resto de «comerciantes».

calle galiano-hoyDesde tu experiencia puedes aconsejar a tus compañeras Magdalena y María a las que quieren someter a un lifting con cirugía sin realizar las pruebas preoperatorias. Hazles ver que con las cosas de comer no se juega y que los experimentos con gaseosa. Quizás les vendría bien copiar el diseño de ciertas manzanas de vuestra amiga Sol y dedicar el esfuerzo económico en una modernización interior y exterior; en la que la palabra ascensor no lleve pareja la contestación de «imposible», o simplemente un «no»; hacer ver que cambiar unas escaleras no supone atentando alguno, o que no limiten la unión de bajos comerciales conservando y respetando las fachadas. También, y es quizás lo más importante, podéis invitar a un paseo por vuestros dominios a los regidores que van a decidir vuestro futuro para que hablen con los moradores, ya que por no tener un pasado vinculado con el barrio necesiten oír vuestras demandas, e incluso enriquecerles con historias del pasado para que su decisión sea lo más acertada posible por el bien de la ciudad o en su argot por el «bien de la gente». Magdalena y María son ferrolanas, no barcelonesas o pontevedresas. El artículo anterior comenzaba: «Calle Galiano, quien te ha visto y quién te ve», aplicaros el cuento amigas.

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4 comentarios

  1. Luis María Taboada

    Tienes mucha razón Juan. Pero lamento decirte algo muy utilizado, pero real: Tenemos lo que nos merecemos.
    Pero las cosas van a cambiar. Nos hemos reunido los ciudadanos y hemos creado una asociación para definir que ciudad queremos y decírselo a los políticos para que actúen. No queremos que sean ellos los que decidan.
    Hemos empezado por apoyar al comercio y hostelería. Potenciar el turismo. Activar la Participación Ciudadana. Y así hasta 37 temas.
    Así que espero que pronto veamos los cambios.
    Un saludo.

  2. Acertado artículo que me suena un mucho a lamentos, mas hay que contarlos. Alguien se enterará, y si no hoy, mañana podría germinar en algo con sentido común.
    Ánimo, también, para Luis Mª Taboada. Difícil lo veo, pero … «hay que roelo», ¿o no se decía así? .

  3. Luis te aprecio porque eres una persona emprendedora. Pero te equivocas, lo de Ferrol no se resuelve desde lo que puedan decir un grupo de amigos reunidos en una Asociación. El problema es que los políticos de los grandes partidos, esos de los que dependen el gobierno del Estado y Comunidad Autónoma, utilizan la política como profesión para vivir de ella y sus decisiones tienen más que ver con asegurar la continuidad en sus cargos -en los que cambian sucesivamente-, que con el bienestar de la ciudadanía a la que aseguran servir. Y eso sólo se cura con listas abiertas, no con asociaciones de personas por bienpensadas que éstas sean. Todo lo demás son fuegos de artificio. La raíz del problema es otra. Y de esto hubo hasta hace poco alguien en Ferrol que se desgañitaba por dar a entender lo que pasaba. ¡Y lo tomábamos de coña!