AFAL Ferrolterra mejora la calidad de los enfermos de Alzheimer con el contacto de los caballos

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En su afán por implantar nuevas e innovadoras técnicas en la intervención con los enfermos de Alzhéimer y otras demencias, AFAL Ferrolterra acaba de poner en marcha Equinoterapia. Un programa con el que los mayores, a través del contacto con los caballos, logran una serie de beneficios a nivel físico, psicológico y emocional, de socialización y entrenamiento de sus capacidades cognitivas. Todo ello, enfocado a retardar el avance de la enfermedad y mejorar su calidad de vida. Así lo explica la presidenta de la entidad, Milagros Prieto, para añadir que hoy se desarrollaba la segunda de las sesiones en el Centro de Equinoterapia La Finca. En ella participaron seis usuarios del Centro de Día Terapéutico de la Red Pública de Alzhéimer, gestionado por AFAL Ferrolterra, siendo la intención celebrar sesiones con periodicidad mensual en las que tomarán parte aquellos enfermos que se encuentren en una fase inicial o moderada.

Todos ellos van acompañados de la terapeuta ocupacional Noelia Ríos; la psicóloga Rita Touza y la gerocultora Diana Piñeiro. Tras la llegada al centro, los mayores realizan una aproximación al caballo bajo la atenta mirada de la especialista en equinoterapia.

Los usuarios acariciaron a los caballos y descubrieron aspectos relacionados con ellos como qué comen, para qué necesitan las herraduras… A continuación, los mayores peinaron y cepillaron a los animales y, en las conversaciones, surgieron recuerdos del pasado. En el caso de Dorinda, apuntó que ella, en su etapa moza, tenía caballo en casa para ir al molino y ayudar en el campo. Y es que los animales, y los caballos en concreto, forman parte de muchas de las historias de vida de los usuarios, con raíces en la zona rural. De ahí que la actividad tenga tan buena acogida. Tras perder el miedo al caballo y coger confianza, los mayores colocaron el sudadero y el cinchuelo, paseándolo por un circuito habilitado al efecto. A continuación, montaron en él.

Los beneficios, apunta Noelia Ríos, son múltiples: a nivel físico, se mejora la coordinación y psicomotricidad fina y gruesa, el equilibrio, la fuerza muscular y la estabilidad tronco-cabeza; a nivel psicológico y emocional, se gana confianza y autoestima; a nivel de socialización, se trabaja en equipo y fomentan las relaciones personales; a nivel de reminiscencia, se evocan recuerdos del pasado sobre todo en usuarios que, en su historia de vida, tenían la figura del caballo; se favorece la integración del usuario en el medio natural y se potencia el entrenamiento y mantenimiento cognitivo.

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