El Gobierno asegura que la adscripción al Ministerio de Defensa de las tareas de planificación, dirección y control de la empresa pública Navantia no conllevará que el departamento que dirige Pedro Morenés vaya a tomar decisiones con respecto a la actividad civil de los astilleros.
Así lo asegura en respuesta a la diputada del BNG Rosana Pérez, quien trasladó al Ejecutivo su «sospecha» de que la intención de esta medida fuera «concentrar toda la construcción naval en el ámbito militar» e «impedir el acceso real» de Navantia a otro tipo de proyectos.
Sin embargo, el Gobierno asegura, en un texto al que ha tenido acceso Europa Press, que «Defensa no va a definir las actuaciones de Navantia en el sector civil» y que el cambio de adscripción tiene como objetivo «asignar el liderazgo» al Ministerio de Defensa en un sector «estratégico crítico para la propia seguridad nacional».
En cualquier caso, esta medida no conllevará una nueva organización de los astilleros ni cambiará ningún aspecto organizativo de la empresa ni modificará el porcentaje de participación pública ni el titular de las acciones o la configuración de la representación en los consejos de administración.
De hecho, Defensa seguirá colaborando con los ministerios de Industria, Economía y Hacienda en la «protección y potenciación» del sector naval, ya que «una Navantia fuerte y competitiva redundará en beneficio de la compañía y, por ende, en beneficio de la defensa».
BUQUES PARA LA ARMADA
Por otra parte, la nacionalista gallega y también los socialistas Francisco González Cabaña y Paloma Rodríguez presentaron diversas preguntas escritas en relación con la carga de trabajo que Navantia tiene prevista para los próximos meses.
En relación con los dos nuevos Buques de Acción Marítima (BAM) contratados por la Armada española, el Gobierno precisa que se construirán entre los años 2014 a 2019 en los centros de trabajo de Puerto Real/San Fernando y Ferrol, con una carga de trabajo de 30 meses, estimada en unos 2,2 millones de horas tanto propias como de la industria auxiliar.
Asimismo, señala que el impacto de este pedido «se extenderá a la industria auxiliar de Navantia, así como a sus suministradores de sistemas y equipos», ya que en la construcción de los buques se integrarán los equipos y sistemas de otros subcontratistas nacionales.
«Junto a esto, el Gobierno ha aprobado otro convenio que permite al Ministerio de Defensa la ejecución de los trabajos de la cuarta carena del submarino Tramontana S74 en el astillero de Cartagena», añade el Ejecutivo, precisando además que la construcción de los dos BAM es «adicional» al encargo de la fragata F110, aún en fase inicial.
UN GASERO Y OTROS BUQUES MILITARES
Navantia también tiene firmado con la Armada de Estados Unidos un contrato para el mantenimiento de cuatro DDG51 en el centro de Reparaciones de la Bahía de Cádiz, en vigor desde noviembre de 2013 y hasta noviembre de 2020. Según el Ejecutivo, este contrato sostiene 132 puestos de trabajo directos de media al año, a los que hay que añadir una «estructura de gestión que podrá llegar hasta 50 personas más».
Todos estos puestos directos, añade en la respuesta escrita, procederán de los tres centros de Navantia en Cádiz, San Fernando y Puerto Real, así como de las industrias auxiliares de la zona.
También el Ministerio de Defensa Noruego suscribió en junio del año pasado un acuerdo marco de Apoyo al Ciclo de Vida (ACV) de las fragatas F310 con los astilleros públicos españoles por un periodo de un año prorrogable a dos ejercicios más. Según el Gobierno, durante el primer semestre de este año este contrato ha generado unas 30.000 horas de trabajo, que podrían superar las 110.000 en todo 2014, lo que supondrá la ocupación de 72 personas de Ferrol y Cartagena.
En cuanto al quinto gasero de Gas Natural, el Ejecutivo asegura que supondrá tres años de actividad y 2 millones de horas de trabajo, y que su construcción «podría empezar en breve plazo». De hecho, el pasado 2 de octubre el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, aseguró que a finales o mediados de noviembre se podría firmar el contrato, para empezar a «cortar chapa» entre enero y febrero del año próximo.
«Cuando se firme el contrato se determinará qué factoría o factorías de Navantia participarán en esta construcción», apostilla el Ejecutivo, sin dar más detalles.
Por último, el Gobierno reconoce que la empresa estatal qatarí Nakilat y la empresa holandesa Damen han conseguido el contrato de construcción de seis patrulleros y un buque de apoyo a buceadores por parte de Qatar, pero asegura que «queda por adjudicar la parte más sustancial de la oferta de Navantia» a este concurso, que es la referida a cuatro corbetas, sobre las que el astillero español ya ha «mantenido conversaciones técnicas» con la Marina qatarí.
PROYECTOS DE MODERNIZACIÓN DE LA EMPRESA
Por otra parte, tanto Paloma Rodríguez como su compañero de filas Miguel Ángel Cortizo registraron toda una batería de preguntas parlamentarias al Gobierno respecto de otros proyectos de modernización del astillero público.
En sus respuestas el Ejecutivo indica que Navantia se ha planteado el «reto» de «transformarse» para «mejorar su competitividad, su posicionamiento en el mercado internacional y europeo en sus negocios habituales» y para «desarrollar el área de Sistemas, impulsar la venta de servicios y soluciones globales, profundizar en la internacionalización y lograr oportunidades en el campo del Oil&Gas y Eólica Marina».
Para eso, promoverá el «trabajo en equipo, la gestión por programas, una nueva orientación de los aprovisionamientos con acuerdos a largo plazo con los principales proveedores y una gestión preventiva de la calidad», además de fomentar una mejor formación y preparación de sus trabajadores en aras a conseguir una «mayor polivalencia y movilidad».
«En este sentido, cada programa será el responsable último del coste, plazo y calidad del producto ante el cliente e internamente. (Los programas) se organizarán en grupos multidisciplinares liderados por el director de Programa, mejorando así la comunicación interdepartamental y la orientación del conjunto hacia los objetivos globales», añade el Gobierno.
De hecho, el primer paso con respecto a los proveedores ya se ha puesto en marcha con el proyecto Nace (Navantia Compras Electrónicas), que consiste en implantar una herramienta de comercio electrónico para gestionar con ella todas las relaciones con proveedores y subcontratistas del astillero a lo largo de toda la cadena, desde las peticiones de compra y recepción de ofertas, hasta la recepción de suministros y facturación.
Gracias a esta herramienta se integra este proceso con el resto de fases de compras en la herramienta de gestión de Navantia, «dado que las licitaciones son la única parte que no se realiza de forma integrada».
Según el Ejecutivo, de momento el servicio se ha contratado por un plazo de tres años, comenzando con su implantación en mayo de este ejercicio y continuado «por fases» hasta el culminar a lo largo del primer trimestre de 2015.
Por otra parte, Navantia está también definiendo un «nuevo esquema de relaciones» con las industrias auxiliares de sus tres centros de trabajo que se «ajuste a sus necesidades actuales». En concreto, se potenciará la colaboración para mejorar la competitividad de los proyectos en los que participen conjuntamente y, así, conseguir un mayor número de contratos.
Finalmente, la empresa pública está analizando la «adecuación de la organización y el capital humano» a sus necesidades y su actividad prevista para «cumplir con los lógicos objetivos de sostenibilidad a corto, medio y largo plazo». Para ello, pretende «dotar a los procesos de mayor flexibilidad» transformando el marco de relaciones laborales