El estropicio del edificio del Hospicio

jjburgoa@hormail.com -TIRANDO A DAR

Ayer

El llamado edificio del Hospicio nació alrededor del año 1790, obra anónima conocida como Mesón de Valentín, una amplia vivienda de corte neoclásico, concebida con un patio interior y de la que solamente se remató en principio una de sus cuatro alas, la fachada norte que daba a la calle del Sol. El año 1860 parte del edificio fue ocupado por la sociedad La Tertulia de la Confianza, germen del futuro Casino Ferrolano.

Llegado el año 1875 el Ayuntamiento de Ferrol compró el edificio, que destinó a Hospicio Municipal (hasta entonces instalado en el Hospital de Caridad), mientras se acometían diversas obras de rehabilitación y Manuel de la Riva construía el pabellón de niños que daba a la calle María. El año 1902 sufrió un gran incendio, siendo sometido después a una amplia reforma, que condujo al edificio actual. En el año 1907 dejó de ser el Hospicio Municipal para convertirse en el colegio Santa Teresa, que funcionó hasta los primeros años de la década de los años 1980. En los últimos tiempos albergó, entre otros, el Museo de la Sociedad Gallega de Historia Natural y los pasos e imágenes de la Cofradía de Dolores.

Hoy

El edificio fue rehabilitado en su parte central y en la zona norte que mira a la calle del Sol, quedando listo en Noviembre de 2012. Como consecuencia de ello, en los casi mil metros cuadrados de superficie útil del edificio, se dispone de abundantes espacios sin uso. En el bajo está instalado un amplio salón de actos para más de cien personas, el primero dispone de tres aulas destinadas a la nueva ocurrencia municipal de una escuela de hostelería, y el segundo consiste un espacio diáfano concebido como biblioteca, dotado de los oportunos estantes. En el patio interior un ascensor, últimamente fuera de uso, rompe la estética del entorno.

En estos momentos, a pesar de estar prácticamente vacío, se ha condenado al piso alto al nuevo Centro de Documentación del Patrimonio, dedicado a la Ciudad de la Ilustración, que nace con el propósito de ofrecer un servicio de consultas a los investigadores de Ferrol. El lugar asignado al Centro es realmente un desván, un lugar de difícil acceso a una documentación histórica, cuya colocación está en contra de las normas de seguridad exigidas para su custodia.

Ya hemos escrito en otro lugar sobre las disfunciones de este Centro, que resumimos. 1. Se prevé solamente que funcione hasta fines de este año. ? Para qué se abre entonces ¿ 2. La responsabilidad del Centro recae en el área municipal denominada de Alcaldía. ? Alguien puede explicar que propósito tiene esta asignación de competencias ¿ 3. La entidad que gestiona el Centro es la COFER. Con los problemas económicos, empresariales y de creación de empleo de esta ciudad,  ¿que pinta una organización empresarial en este asunto ?

Mañana

En la primera rehabilitación del edificio se gastaron 1,3 millones de Euros; tras de dos años sin uso va a sufrir una nueva rehabilitación en su fachada de la calle María. El Ayuntamiento debe considerar que la propuesta de rehabilitación que se prevé afecta a un edificio singular en lo material (por sus valores arquitectónicos) y en lo intangible (por los múltiples usos ciudadanos que ha tenido, todos ellos en la memoria histórica de los ferrolanos), afectando a un entorno como la antigua plaza de Dolores, tal vez el lugar menos agredido y contaminado del barrio de la Magdalena.

Para esta propuesta de rehabilitación, de una discutible estética, que altera alturas y volúmenes de construcción y que emplea materiales no apropiados, el Ayuntamiento de Ferrol está usando una vara de medir que contrasta con las exigencias a los vecinos en materia de protección del Patrimonio Cultural.

El Ayuntamiento, como se hace en otros lugares e incluso se hacía en Ferrol hace años, en vez de parir tanta ludoteca, juegoteca, gastroteca y demás estúpidotecas, debiera utilizar algún local para exponer públicamente los proyectos municipales de obras en forma de maqueta de tres dimensiones, especialmente cuando se trata de edificios. Aunque a veces la diferencia de escala con las dimensiones reales puede inducir a errores, siempre los ciudadanos pueden juzgar como va a quedar una obra pública, una vez terminada.