Un debate para la juventud

miguel angel pazosMiguel Ángel Pazos Fernández (*)

El llamamiento que recientemente decidí hacer en nombre de NNXX de Narón al resto de organizaciones juveniles de nuestro municipio no es gratuito. Más bien al contrario: es totalmente razonado y oportuno en el tiempo, puesto que se pide con una convocatoria electoral infravalorada e igualmente importante a punto de celebrarse.

Por el momento, sin respuestas. Lo máximo, una negativa de mi homólogo de Xuventudes Socialistas, que sin embargo me prometió comentarlo con alguna otra persona para delegar sus responsabilidades en él. Sin noticias.

Lo cierto es que la preocupación juvenil de los partidos políticos que gobiernan Narón brilla por su ausencia. No encontramos ninguna figura de referencia en el ámbito de la juventud en prácticamente ningún partido, más allá de los hijos de algunos concejales del gobierno, alguno más preocupado de dañar manifestaciones con su actitud violenta.

No hay un proyecto sólido y definido para la juventud, con organizaciones juveniles fuertes e implicadas, como sí tiene el Partido Popular de Narón. En los últimos tiempos hemos demostrado nuestras inquietudes, nuestro proyecto, nuestra preocupación, en definitiva, por la vida política de nuestro Concello, a través de diversas actividades de notable éxito, como la última realizada con el profesor Domingo Bello Janeiro.

Europa y el proyecto de futuro de la Unión Europea son de vital importancia, como ya he resaltado en alguna ocasión, y por eso necesitan una participación más ansiosa por parte de los jóvenes. Es por eso por lo que hemos pedido la realización de este debate, con el que nos interesaría que el resto de responsables juveniles recogieran el guante y nos pusiéramos a ello.

(*)-Es presidente de Nn.GG. de Narón

 
El diálogo y el debate adquieren una notable importancia en la sociedad actual, y son un claro rasgo de madurez política. Un ejemplo que las organizaciones juveniles deberíamos de seguir y trasladar al resto de la ciudadanía, para dotar de nuestra frescura a una forma de hacer política que, sin duda, la necesita.

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