Manuel Molares do Val– (molares@yahoo.es-cronicasbarbaras.es)
Siendo universitario Alfredo Pérez Rubalcaba era un atleta que corría los 100 metros lisos en 11,3 segundos, aunque en la meta caía rendido por el esfuerzo, lo mismo que está ocurriéndole ahora como secretario general del PSOE.
Con su poco fondo Rubalcaba corrió unos 22 años como gobernante, catorce con Felipe González y casi ocho hundiéndose con Rodríguez Zapatero, por lo que hace 23 meses perdió la carrera electoral frente a un percherón lento y deslucido, Mariano Rajoy.
Ahora, y todavía secretario general de PSOE, observa los zarpazos que se dan los dirigentes de su partido como gatos peleándose dentro de un saco.
Los socialistas andaluces dicen que, aunque autonómica, España es solamente una, a lo que los catalanes contestan que España sería al menos dos, su tierra, y el resto.
El PSC, el mismo que pretende que su dirigente Carme Chacón lidere toda España, se abstuvo en el Congreso de una moción de UPyD para ratificar que la soberanía del país es de todos los españoles.
En Galicia el PSG-PSOE desobedeció a Rubalcaba para elegir nuevo equipo, y en el País Vasco su secretario feudal, Jesús Eguiguiren, exige pactar con los postetarras-exetarras de Bildu y Amaiur porque “son progresistas”.
En Tafalla, Navarra, el PSN-PSOE rechaza expresar su repulsa hacia Inés del Río, natural de ese pueblo, y liberada pese a sus 24 asesinatos y menos de un año de cárcel por cada uno.
Los socialistas dicen ser ahora federalistas, pero para ocultar su nuevo feudalismo localista, neofeudalismo, sacan por peteneras a Franco del Valle de los Caídos cuando pudieron hacerlo durante sus 22 años de mandato.
Quieren, además, formar coaliciones incluso con los exetarras para echar al rival, ese percherón cuyo mensaje más popular es “Tal, y tal”, “Llueve mucho”.