Vaya por delante y en primerísimo lugar, mi satisfacción por el acuerdo alcanzado entre Navantia y la naviera Tapias Galicia para las obras de transformación del Buq / “Monforte de Lemos” en la Ría de Ferrol. El contrato es, efectivamente, de cierta entidad, aunque en mi opinión, más que lo que puedan significar las 150.000 horas de trabajo, que también, (equivalente a algo más de cuatro meses para 200 personas) lo que hay que valorar de verdad es el hecho de que eso significa dar los primeros pasos para introducirse en un nicho de mercado ya de por si atrayente, interesante y con mucho futuro. Ahí, y ya mirando un poco más allá del ahora, es en donde radica la verdadera importancia de ese acuerdo.
Más, dicho esto, y después de la lógica resaca por tan agradable noticia, (cualquier nuevo contrato de trabajo es motivo de alegría) uno se pregunta: ¿Puede un contrato como el firmado tener repercusiones negativas para Ferrol? Y aunque aparentemente esto pueda parecer una necedad, en su fondo no deja de tener cierta carga de verosimilitud, teniendo en cuenta, claro está, los momentos que se viven en el naval de Ferrolterra.
Sé que afrontar esta cuestión desde la óptica de querer ver posibles consecuencias negativas puede ocasionar ser blanco de alguna que otra crítica, pero bueno, eso no me importa, estoy, como ya lo estuve en otras ocasiones, preparado para ello. Y no me importa, porque lo único que realmente me mueve en toda esta cuestión, como en tantas otras, no es sino el analizar todo aquello que de alguna manera nos pueda (a Ferrolterra) perjudicar. En mis opiniones no hay lugar para los tapujos ni por supuesto para los intereses partidistas.
Y las cosas, siendo y estando tal cual, me dicen que en estos precisos momentos el contrato de esta obra podría, insisto, digo podría, volverse en contra de los intereses de nuestra joya de la corona (Carenas). Dentro de un mes ya nadie tendrá trabajo en nueva construcción. Finalizadas las obras en el Adelaida ¿Queda algo en donde ocupar a los trabajadores fijos de plantilla? Nada, absolutamente nada, salvo, y ahí está el quid de la cuestión, en el departamento de Reparaciones, donde afortunadamente la actividad se sigue desarrollando dentro de la más absoluta normalidad. Es decir, plena ocupación para el personal fijo del departamento y además, para un buen número de trabajadores de la industria auxiliar.
¿A dónde se irán los trabajadores de las auxiliares que están en el Adelaida? Probablemente para casa, no lo sé. ¿Y los trabajadores fijos de plantilla? En principio parece que la lógica invita a pensar que para el centro en donde hay trabajo, es decir, para Reparaciones. Pero claro, ahí justamente es donde se encuentra el peligro.
Si el departamento de Reparaciones ocupa el lugar que ocupa en el ranking europeo y mundial es debido a: Su excelente calidad. Sus altos estándares en Prevención. Su elevado cumplimiento en los plazos y también, y muy importante, por sus precios competitivos. Y esta última cuestión, es la que precisamente puede desestabilizarse y consecuentemente, dañar esa posición de privilegio que, afortunadamente, todavía mantiene el departamento en el mercado de la reparación. Si esta última consideración se altera, Reparaciones corre el riesgo de quedarse fuera del mercado.
En Carenas no ocurrió lo que en el resto de la empresa, de donde desaparecieron más de 2.000 trabajadores de las auxiliares. En Reparaciones, estos siguen siendo una de sus mayores fortalezas. Y lo son, entre otras cosas, porque su valor hora es considerablemente inferior al de los trabajadores fijos de plantilla. Si la situación presupuestaria se invirtiese como consecuencia del desplazamiento masivo de trabajadores fijos de plantilla, Carenas automáticamente se situaría al borde de la línea roja que le podría dejar fuera del mercado, y eso, sería tanto como rematar al sector naval de nuestra Ría.
Ésta reflexión, quizá ayude también a comprender mi defensa a ultranza del Dique Flotante, del que lamentablemente ya casi nadie habla hoy en Ferrol. La argumente siempre en base a la ocupación del personal que se quedaba sin trabajo y sobre todo, en base a que sirviese para que el personal de nueva construcción no invadiese el departamento de Reparaciones. Pero bueno, y volviendo al contrato. Espero y deseo fervientemente, que este contrato no sea pan para hoy y hambre para mañana.