El presidente de Navantia informó de la situación de la empresa a los representantes de las factorías

A lo largo de una reunión que tuvo una duración de unas cuatro horas y que se inició a las cinco de la tarde de este miércoles día 11, el presidente de Navantia José Manuel Revuelta explicó a los miembros del comité intercentros sobre la situación actual de la empresa y su postura ante las negociaciones del nuevo convenio colectivo que se están llevando a cabo en el transcurso de este mes.

En esta entrevista, la anterior se realizó en el mes de abril, Revuelta dio cuenta de la mala situación económica por la que está atravesando la empresa después de unos años en los que iban aumentando los gastos y disminuían los ingresos por falta de contrataciones, por lo que ahora se está preparando un plan económico estratégico que forzosamente pasa por reducir costes y del que en su momento se informará a los representantes de los trabajadores.

Revuelta insistió en lo dicho en el mes de abril, que la mala situación no va a llevar a producir reducción de centros productivos y de puestos de trabajo y únicamente podría llegar a estudiarse ese tema en el caso de no lograr en un plazo de tiempo, nuevas contrataciones que supondría carga de trabajo para los astilleros de la empresa.

Precisamente en lo referente a carga de trabajo, al parecer existen buenas perspectivas para la construcción de cuatro gaseros para Repsol-Gas Natural, lo que daría trabajo a factorías entre ellas a la ferrolana. También se comentó la posibilidad de llegar a un acuerdo con Turquía para la construcción en aquel país de un buque tipo “Juan Carlos I” en el que Navantia pondría la técnica y dispondría que grupos de trabajadores especializados formarían un equipo que se desplazaría a los astilleros turcos que entran en unión de Navantia en la disputa por ese contrato. También hay conversaciones avanzadas con algún estado árabe y con Brasil.

Los trabajadores una vez que abandonaron la reunión, señalaron que la situación de la empresa era difícil, pero lo que más les preocupaba en estos momentos era la falta total de trabajo en algunas factorías como la ferrolana en la que a finales de año se acaba todo tipo de construcción naval, aunque en la de Perlio-Fene continúan las reparaciones pero para un pequeño grupo de personas.