Manuel Molares do Val-(molares@yahoo.es-cronicasbarbaras.es)
Álvaro Cunqueiro escribía hace medio siglo en el diario “La Noche” unas crónicas mágicas, algunas sobre zorros, lobos y perros, aplicables estos días a Luis Bárcenas, que quiere destruir a Mariano Rajoy por haberlo desamparado ante el juez Ruz.
Las falsedades comprobadas y testimonios contradictorios de Bárcenas hacen verlo como la gallina que, según las crónicas cunqueiranas, serán zampadas por el zorro Rajoy.
Como el labrador en el bosque, que será devorado por el lobo Rajoy, como el perro que ladra tras el camión Rajoy, y que quizás quede despanzurrado por acercársele.
Rajoy es el zorro, el lobo, el camión, una fuerza tranquila que una vez que ha llegado a lo más alto con paciencia y astucia implacables va a ser difícil hacerlo caer: seguramente gobernará hasta 1916, y si la economía mejora, seguirá hasta 2020.
Según Cunqueiro, el zorro se caracteriza por ser taimado y por no querer hablar gallego, aunque lo entienda, como le pasa a Rajoy.
Sin hambre aparente, con disimulo, ha ido comiéndose gallinas tras conquistarlas en castellano, como hizo Rajoy con sus enemigos del partido, y como hará con los periodistas más gallitos, a los que devorará por sus excesos sensacionalistas.
El lobo tampoco quiere hablar gallego y sigue al campesino hasta que se cansa y se duerme. Se mide con el hombre tumbándose, y si este es más pequeño, se lo cena. Y en política parlamentaria española no hay nadie más grandote que Rajoy.
Bárcenas también recuerda al perro que evoca Cunqueiro. Persigue ladrando al camión que lo aplastará, y Rajoy, al que tanto le costó ser camión, no se parará por los aullidos de su examigo o de los periodistas más enemigos.
¡Prrr, Prrr, Prresenten pruebas!, tose el escape del vehículo tras machacar al perro.