Haciendo trampas

Antonio M. CarmonaAntonio Miguel Carmona-(director diario progresista)

La financiación ilegal de los partidos políticos es simplemente hacer trampas. Juego sucio a la democracia, jugar con ventaja, un cepo al sentido común, farsa e intriga con dinero de por medio que llevan al Partido Popular a ser el campeón del momio y de la breva.

Los dirigentes del Partido Popular han venido haciendo trampas, según Bárcenas, desde que el que escribe tenía uso de razón. La profusa cantidad de donantes y donaciones iban a parar a carteles y frontis que convertían en ventaja electoral. Lo sospechábamos

Puede que a cambio de cohecho y cayéndose por el camino más de un sobresueldo a sus más altos dirigentes. Una financiación tan ilegal como ilegítima, tan injusta como esperada, habida cuenta los lujos y la cantidad de carteles del PP que veíamos, elección tras elección, en las calles de nuestras ciudades.

Nada nuevo. El caso Gürtel es tan evidente como para saber que el PP ha venido teniendo una financiación tan ilegal como monstruosa. No descubrimos nada tras los sucesos de Boadilla, de Pozuelo, de Majadahonda.

No descubrimos nada tras saber que la UDEF había descubierto un lápiz electrónico de Correa en el que se especificaba qué tenían que poner en las facturas, señalando en columna adjunta, a qué tipo de campaña iba destinada la pasta.

No descubrimos nada porque no es la primera fundación o asociación del PP que ha recibido donaciones fuera de la ley, jugando con ventaja y sin vergüenza alguna. Las donaciones irregulares de Gerardo Díaz Ferrán -y otros muchos empresarios madrileños-, a Fundescam así lo atestiguan (asunto denunciado por el diario Público).

La experiencia de otros partidos políticos, como el PSOE, nos ha llevado a aprender la lección de que nunca debe caerse en la tentación de sobrefinanciar una campaña con el objeto de romper la justa competencia.

Los conservadores, doquiera que estén, juegan con una ventaja de partida: los principales donantes coinciden con sus políticas. Esa ya es una ventaja que ha hecho que la mayor parte de las democracias limiten dichas donaciones y que se hayan caído de un guindo quienes defienden la libre aportación de los ciudadanos.

Los conservadores siempre juegan con ventaja, desengáñense, a veces de forma legal, otras al margen de la ley, pero con ventaja. Eso llevará a algunos a Soto del Real, a otros a la oposición y a nosotros, a remar con más fuerza cuando se navega contracorriente mientras otros hacen eso… trampas.

 

 

 

 

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