El desafío de Rajoy

miguel angel pazosMiguel Ángel Pazos Fernández (*)

Rajoy se la ha jugado al todo o nada. Esa es, en definitiva, la conclusión que sacamos de la comparecencia que ha hecho este sábado en la sede de Génova. Rajoy, visiblemente enfadado, ha estado duro y contundente como nunca antes se le había visto, y ha hecho, probablemente, el mejor discurso de su carrera política. Pero no ha sido suficiente.

Y no lo ha sido porque la gente exige más. Rajoy, en cambio, ha decidido jugarlo todo a una carta: si gana, subirá de nuevo al altar del que gozaba hace tan solo un año; si pierde, su credibilidad quedará bajo mínimos y tendrá que enfrentarse, irremediablemente, a la dimisión.

Particularmente, nunca he dudado de la honestidad de Rajoy. Claro está, me puedo equivocar. De él depende ahora que yo esté en lo cierto o no, ya que él y solamente él puede demostrar – tal y como hizo en una gran defensa de la Justicia y la presunción de inocencia – de que él no tiene nada que ver con los hechos que se le imputan.

Lo que aquí nos ocupa es particularmente grave porque, tal y como sucedió en los años 90 con Felipe González, la estabilidad del Gobierno y, por lo tanto, de las instituciones, están en entredicho. Y además están en entredicho en la época de mayor crisis económica, social e institucional que ha vivido España.

No solamente afecta a un partido; afecta al partido más grande de España y al que ha recibido el mayor caudal de confianza de la Historia de España. Y eso quiere decir, también, el partido que tiene que ser garante de que las instituciones no sean frágiles, sino fuertes y abiertas a la ciudadanía. Algo que no se percibe así.

Cuando el PP ganó las elecciones tenía por delante un gran reto: encaminar la recuperación económica y recuperar la herida sensibilidad social de los españoles. Ahora tiene ante sí el mayor reto posible: recuperar la confianza, primero en sí mismos, y luego de los ciudadanos. Difícil, pero no imposible, si se sabe hacer las cosas bien.

Lo que está claro es que hace falta una renovación democrática sin parangón. La democracia de la que ahora gozamos ha llegado al ocaso de un ciclo que ha traído cosas en su mayor parte positivas para nuestro país.

A las buenas intenciones de Rajoy mostrando sus declaraciones de la renta y del patrimonio se deberían de unir más medidas encaminadas en la buena dirección que se podrían resumir en unas listas abiertas, implantar una conveniente limitación de mandatos o, también, educar a la sociedad en su conjunto. Sí, educar. Porque que políticos cobren dinero en negro supone un escándalo mayúsculo; pero no olvidemos que buena parte de la sociedad lo ven con buenos ojos y son partícipes de las mismas prácticas.

El Presidente Rajoy tiene un reto mayúsculo. Veremos si consigue estar a la altura ganando con la única carta que se ha jugado.

(*) Miguel Pazos es presidente de NNXX de Narón,

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Un comentario

  1. Totalmente de acuerdo. Rajoy va en la buena dirección, pero no es suficiente. Muy buena idea de fondo y buenas propuestas para renovar una democracia que no da más de sí.