Yoani Sánchez, para Galicia Ártabra Digital desde La Habana
Parecía una pequeña maleta de viaje, de puntas redondeadas y en la tapa superior tenía la bocina desmontable. Aquel tocadiscos era el objeto de culto de mi padre y una alternativa a la aburrida programación de la radio y la televisión en los años ochenta. La aguja recorría los finos surcos en el vinilo y la melodía llenaba la pequeña habitación en un acto casi mágico. También teníamos una colección de álbumes bastante reducida: algunos comprados en las tiendas y otros prestados por amigos o parientes. Repetíamos tanto la misma música, que mi hermana y yo nos aprendimos de memoria ciertos boleros y baladas que nada tenían que ver con los gustos musicales de nuestra generación. Recuerdo además que había cuatro discos que sólo se ponían en un volumen muy bajo, con las ventanas cerradas. Se trataba de un long play de Julio Iglesias, otro con canciones interpretadas por Nelson Ned, un tercero de los comediantes cubanos Pototo y Filomeno y aquel de un cuarteto conocido como Los Memes.
Tanto el cantautor español como el brasileño habían sido censurados en los medios nacionales, según se decía, por haber hecho declaraciones críticas sobre el gobierno cubano. Los dos humoristas del patio, por su parte, habían partido al exilio y eso los incluía de lleno en la “lista negra”. Pero, qué pasaba con esos cuatro jóvenes que sonaban divinamente en aquel otro “disco prohibido”. Eran tiempos de no hacer muchas preguntas, así que sólo vine a saberlo un lustro después. Entonces me enteré que José Manuel Solís (Meme) había sido vetado por el simple hecho de pedir en 1969 la salida de Cuba. Durante 18 años aguardó para que le permitieran emigrar, tiempo en que los Torquemadas culturales trataron de borrar sus composiciones de nuestra historia musical. Más de cuarenta años después de aquel obligado silencio alrededor de su persona, se le ha hecho un concierto homenaje en el Teatro América de La Habana, bajo el título “Otro Amanecer”. Así que el sábado 5 y el domingo 6 de enero las canciones de Meme volvieron a escucharse en el país donde nunca debieron haber sido censuradas.
El espectáculo fue una pasarela de excelentes intérpretes, desde las voces más conocidas hasta otras jóvenes y talentosas promesas. A pesar de la mínima –o nula- difusión en la prensa, la sala se abarrotó los dos días de presentación. Los momentos más emotivos ocurrieron cuando en la pantalla principal aparecieron los rostros de algunos artistas exiliados. Maggie Carlés, Albita Rodríguez, Annia Linares, Xiomara Laugar y Mirtha Medina arrancaron grandes ovaciones del público con tan sólo surgir por unos segundos en aquellos videos. Pero la estrella fulgurante fue sin dudas aquel muchacho de Mayajigua que ha devenido en imprescindible cantante, pianista y compositor cubano. Aunque no viajó para el homenaje –declaró que no pensaba venir a Cuba mientras estuviera este gobierno- su presencia fue una constante durante las casi dos horas que duró el concierto.
A todo volumen, sin cerrar las ventanas, sin poner el tocadiscos en un susurro, sin apagar la música cuando tocaban la puerta los vecinos. Por primera vez escuché la música de Meme Solís sin esconderme. Sólo faltaba él para cantarla.