Ferrol es una ciudad con historia, y parte de esa historia, de su alma solidaria, reside en la labor ininterrumpida de la Cocina Económica desde 1891. Más de un siglo después de su fundación, la entidad sigue siendo un pilar fundamental para las personas en situación de vulnerabilidad en nuestro municipio. Sin embargo, su admirable trabajo diario se sustenta en un delicado equilibrio que, en momentos como el actual, precisa de un renovado empuje por parte de toda la ciudadanía.
Recientemente, los responsables de la institución han lanzado un llamamiento claro: la Cocina Económica necesita más socios y socias que garanticen una base de ingresos estable y permitan afrontar los crecientes desafíos y costes operativos. Aunque las ayudas institucionales, como las aportaciones de la Xunta o del Concello, son vitales, el apoyo directo y constante del pueblo de Ferrol es lo que ha mantenido viva esta obra social a lo largo de las décadas.
La labor de la Cocina Económica va más allá de servir un plato de comida; es un espacio de dignidad, un punto de encuentro y un recurso esencial que ofrece servicios integrales a quienes más lo necesitan. En una época en la que los informes confirman el aumento de la pobreza y la desigualdad, su función es, si cabe, más indispensable que nunca.
Este no es un problema ajeno; es un reflejo de nuestra propia comunidad. Por ello, la llamada a la acción es para todos nosotros. Colaborar, ya sea haciéndose socio, participando en sus iniciativas de voluntariado o realizando donaciones puntuales, es un ejercicio de responsabilidad social y empatía.
Invitamos a todos los ferrolanos y ferrolanas a responder a este «SOS». La solidaridad es la mejor inversión en el futuro y la cohesión de Ferrol. Demostremos una vez más que, cuando se trata de ayudar al prójimo, nuestra ciudad está a la altura de su historia.
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