El santuario de Nuestra Señora de los Remedios de Mondoñedo quedó pequeño para acoger este domingo la celebración festiva en su jornada grande con la celebración eucarística y la procesión posterior.La Virgen de los Remedios es la patrona de la ciudad de Mondoñedo y de toda la diócesis de Mondoñedo-Ferrol.
En esta ocasión se daba la novedad y el privilegio de ser templo jubilar, por lo que se podían lucrar las gracias jubilar como en Roma siguiendo las condiciones marcadas al efecto.
Al acto acudieron el alcalde de Mondoñedo, Manuel Ángel Otero Legide, con todos sus concejales, acompañado del alcalde de Ribadeo, Daniel Vega Pérez, que fue el oferente de este año. Una buena representación de esta villa se desplazó también hasta Mondoñedo, con la banda y la coral que actuó durante la celebración. Junto a ellos, otras autoridades, entre ellas el Comandante de la Fuerza de Protección de la Armada, general de Infantería de Marina Manuel García Ortiz, y representantes de los antiguos partidos judiciales de la provincia de Mondoñedo: Ortigueira, Vilalba, Viveiro y Ferrol representado por su teniente alcalde Javier Díaz.
Durante la celebración tuvo lugar la habitual ofrenda a la Virgen de los Remedios. En esta ocasión fue presentada por el alcalde de Ribadeo, Daniel Vega. Durante su intervención hizo alusión a la tradición que significaba este gesto tan antiguo, referenciando algunos de los problemas más acuciantes de Galicia y de nuestra comarca, como los incendios que estos días pasados afectaron a tantos lugares, el cuidado del sector primario y forestal y la atención a las personas y sus problemas. En ese sentido, se refirió a que “de la configuración social del catolicismo, los gallegos aprendemos a entendernos como personas, como familias, como municipios (auténticas comunidades entre vecinos) y como país”. Y concluyó sus palabras con una plegaria a la Virgen: “Ayúdanos, Madre, a no vivir presos del ego, sino del amor”.
Por su parte, en la respuesta del obispo diocesano, Fernando García Cadiñanos, el prelado se refirió a nuestro momento histórico como un paso “a través del desierto, como el pueblo de Israel, azotados por peligros y dificultades. Hoy se los venimos a presentar a nuestra patrona, la Virgen de los Remedios”.
Y continuó su intervención indicando que “lejos de encontrar aquí soluciones, como si de magia tratara, encontramos claves para caminar, fuerza para afrontar y esperanza para vivir este momento”. En ese sentido, indicó que en Cristo “los cristianos volvemos a encontrar un Camino que ofrecemos a nuestro mundo para seguir humanizando y desarrollando este tiempo histórico. En Cristo Crucificado nos reafirmamos en la dignidad de toda persona y la urgencia del cuidado como perspectiva social que nos hará mucho bien para afrontar el drama de la guerra, el reto de la emigración, el peligro del economicismo, la soledad y la desvinculación social”.
Tras la ceremonia, la Virgen de los Remedios salió en procesión por la explanada de la alameda, siendo venerada por los muchos fieles que allí acudieron.