(MDE)-La fragata «Méndez Núñez«, con base en Ferrol, —al mando del capitán de fragata Jaime Muñoz-Delgado Pérez— está integrada en el Grupo de Combate británico del HMS ‘Prince of Wales’: una oportunidad única para mejorar la preparación e interoperabilidad en la mar
Desde finales de abril, la «Méndez Núñez» está integrada, junto con otros buques de países socios y aliados, en el Grupo de Combate del portaaviones de la marina británica HMS ‘Prince of Wales’. El objetivo principal de esta iniciativa europea es realizar operaciones complejas mientras navegan juntos por el Indo-Pacífico — dentro del despliegue Highmast— para mejorar la eficiencia e interoperabilidad naval ante cualquier amenaza en la mar.
En este contexto, el buque español es un ejemplo de la capacidad tecnológica de España, al tiempo que demuestra la capacidad de proyección de nuestras Fuerzas Armadas en áreas geográficas alejadas del territorio nacional. Así permanecerá hasta el próximo mes de agosto, cuando se desvinculará de la agrupación para iniciar su tránsito de regreso a Ferrol.
Al frente de la «Méndez Núñez” está el capitán de fragata Jaime Muñoz-Delgado Pérez, que cuenta con una larga experiencia en operaciones y despliegues internacionales en buques de la Armada. Para el comandante, la preparación y la experiencia son las claves del éxito, pero, sobre todo, es imprescindible contar con «una dotación cohesionada y bien sincronizada».
—Comandante, ¿por qué una fragata española despliega integrada en un grupo británico en el Indo-Pacífico?
-«Es posible que mucha gente se haga la misma pregunta. En primer lugar, es habitual la participación de unidades de países aliados en los despliegues navales, y la Armada española es una gran impulsora de estas iniciativas internacionales. De hecho, solemos integrarnos en grupos navales permanentes de la OTAN o con portaaviones de otros países aliados como Estados Unidos o Francia, aunque en esta ocasión se planteó en el marco de la Iniciativa Europea de Interoperabilidad de Grupos de Portaaviones (ECGII). Sin duda, considero que es una excelente oportunidad para España y, más en concreto para el adiestramiento y la interoperabilidad de nuestros buques.
Es cierto que el grupo del portaaviones Prince of Wales está liderado por un mando británico con numerosas unidades de su Marina, pero hay que subrayar que somos parte de una agrupación naval multinacional que está formada unidades de muchos países. Algunas de ellas están integradas de forma permanente, mientras que otras, como la ´Méndez Núñez´, lo hacen por periodos limitados, que siempre están previamente establecidos en nuestro planeamiento.
Ahora nos encontramos con el grupo de combate en el Indo Pacífico, después de una larga e instructiva navegación por la costa atlántica, el Mediterráneo y el mar Rojo. Es evidente que el centro de gravedad mundial se ha desplazado hacia esta área estratégica; y España, junto con el resto de Europa, quiere reforzar sus relaciones y cooperación con los países de la región mediante la realización de actividades en el ámbito operativo, diplomático e industrial. Con este despliegue, la fragata española dará un gran impulso para fortalecer la presencia de España en la región y forjar alianzas con estos países».

-En este despliegue, forman parte del Grupo de Combate (CSG) del Prince of Wales, ¿en qué consiste esta integración temporal?
–«En las marinas de la OTAN estamos muy acostumbrados a trabajar juntos. Nuestros procedimientos tácticos son comunes, y esto nos permite realizar operaciones y ejercicios multinacionales integrados en la mar. En general, hemos conseguido que nuestras comunicaciones, sistemas de mando y control, empleo de aeronaves o logística, entre otras muchas funciones, estén perfectamente definido, y eso nos permite operar de forma coordinada con eficacia. En pocas palabras, sin olvidar el enorme esfuerzo que conlleva, somos interoperables.
Este despliegue Highmast pretende ir un paso más allá: no solo queremos ser interoperables, sino ser totalmente intercambiables. Por poner un ejemplo, que el Comodoro británico que manda la operación ejerza el mando desde un buque español, una función que normalmente sólo haría con unidades británicas. Esto es algo que ya se está haciendo a día de hoy, con la ‘Méndez Núñez’ a cargo de la defensa aérea de la agrupación. Además, a lo largo del despliegue vamos a integrar unidades de marinas de países que no son de la OTAN y con los que no trabajamos de forma frecuente, porque también queremos avanzar con ellos en la interoperabilidad que necesitamos para trabajar juntos con plena eficacia».
-Muchos meses de navegación, ¿con qué países van a operar?
-«A lo largo de su despliegue, la agrupación contará con la participación de muchos países. La mayor parte del tiempo serán buques de Reino Unido, Noruega, Canadá y España, aunque ya hemos operado con unidades de Estados Unidos. Ahora en el Índico, tendremos buques de escoltas integrados de Nueva Zelanda, Australia, Corea del Sur y Japón, pero también trabajaremos con las marinas de la India, Indonesia, Singapur, Malasia, Filipinas y Tailandia. Sin duda, una oportunidad única para cooperar y compartir experiencias, y siempre con el objetivo de estar preparados para operar juntos en la mar».
–Y dentro de este despliegue, ¿qué aporta la fragata `Méndez Núñez´ al grupo del portaaviones Prince of Wales?
-«Este buque tiene unas capacidades únicas, como el resto de las fragatas F100 de su clase “Alvaro de Bazán”; en especial, en el ámbito de la defensa aérea y contra misiles. Por ello, se ha confiado a la ´Méndez Nuñez´ la defensa aérea cercana del portaaviones británico. Durante el despliegue Highmast, el buque está demostrando su capacidad, fiabilidad y permanente disponibilidad, pues ha permanecido en todo momento en la mar con un altísimo grado de operatividad.
Por otro lado, además de sus sistemas originales, en el buque se han instalado nuevos sistemas y equipos que le permiten incrementar sus capacidades para enfrentar las nuevas amenazas con más eficacia. En este contexto, tienen especial relevancia los nuevos equipos de detección, identificación o neutralización de drones. Todos ellos, junto a los sistemas tradicionales, permiten disponer de una defensa por capas eficaz, para los que las F100 no estaban originalmente preparadas. Estos equipos y sistemas son de fabricación nacional, y nuestra experiencia en este despliegue y otras operaciones va a permitir mejorar su funcionalidad».
-Navegan por mares lejanos, pero bien conocidos, ¿cómo se garantiza la logística la`Méndez Núñez´ en estos escenarios?
-«Así es, no es la primera vez que operamos en el Indo-Pacífico. Incluso esta fragata ha navegado estos mares hace no muchos años, y esta experiencia nos ha permitido estar mejor preparados en este despliegue. En esta ocasión, al estar integrado en una agrupación, parte de la logística se gestiona en común, en especial con buques de aprovisionamiento de combustible o, llegado el caso, de otras provisiones. Por otro lado, hacemos escalas en puerto cada tres semanas aproximadamente, donde aprovechamos para efectuar trabajos de mantenimiento, además de hacer acopio de repuestos y provisiones. Y todo requiere una estructura de apoyo en España, que implica un esfuerzo muy importante de la Armada para mantener, en este caso, a la `Méndez Núñez´ con el más alto grado de alistamiento y operatividad, y a su dotación con el mayor nivel posible de bienestar».
-Para concluir, en estos despliegues largos y lejanos, ¿cuál es la mayor preocupación del comandante de la`Méndez Nuñez´?

–«El comandante siempre tiene en su mente dos cosas: su misión y su dotación. De alguna manera, todo lo demás está subordinado a estas dos preocupaciones. En este despliegue Highmast, el cumplimento de la misión adquiere especial relevancia cuando navegamos por aguas con cierto nivel de riesgo, como puede ser el mar Rojo y el estrecho de Bab-el-Mandeb. En esas zonas, tenemos que protegernos a nosotros mismos, y también al portaaviones británico y el resto de buques del grupo de combate. Para conseguirlo, nos hemos preparado previamente de forma intensa junto con el resto de los buques y medios aéreos de la agrupación.
En lo que se refiere a la dotación, todas y cada una de las personas que la componen deben estar preparadas a nivel individual para realizar sus cometidos y, al mismo tiempo, ser capaces de funcionar como un equipo cohesionado y bien sincronizado. Esto es algo que requiere una exigente y constante preparación y adiestramiento, porque siempre hay algo que mejorar y escenarios nuevos a los que adaptarnos.
Al mismo tiempo, este gran equipo humano, del que estoy profundamente orgulloso, va a convivir durante más de cinco meses en un espacio reducido, en un ambiente duro —a veces hostil— como la mar, y en una zona geográfica singular con temperaturas tropicales. Los más veteranos están muy acostumbrados y enseñan a los jóvenes a trabajar y vivir en estas condiciones. Aunque la actividad es constante, intentamos tener tiempo para descansar, hacer ejercicio y cuidar el contacto con las familias, que son siempre nuestro mayor apoyo en la distancia. En definitiva, hacemos todo lo posible para sobrellevar las dificultades de la vida en la mar en una misión que, para cualquier marino, supone una magnífica experiencia».