José Manuel Otero Lastres
Aunque la política tiene importantes consecuencias en nuestra vida, hay gente que se despreocupa de ella. No voy a deciros que os intereséis en dicha actividad, pero conviene no apartarla demasiado de nuestras preocupaciones.
La política nacional debe seguirse con un poco de intensidad cuando el que gobierna abusa de la posibilidad de acribillarnos a impuestos. Sobre todo, porque los impuestos acaban poniendo en manos del poder unos recursos que estarían mejor en manos de los particulares.
Otra cuestión importante es la relación entre el que está en el poder y la oposición. Cada uno tiene su misión y ambos luchan por la conquista del gobierno. Razón por la cual, en los últimos tiempos, pueden agriarse innecesariamente las relaciones entre los dos partidos de gobierno.
Tal vez esa sea la razón por la que el el presidente del gobierno diga invectivas sobre lo que es la principal postura del que es el partido popular.
En efecto, en el diario ABC el presidente del gobierno afirmó: “En Europa hay dos derechas: la que rechaza cualquier entendimiento con la ultraderecha, como hacen la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Layen, o el presidente polaco Donald Tusk, y una segunda que sí la abraza. Feijóo pudo elegir la primera y eligió la segunda. No se puede ser europeísta por las mañanas y por la noche acostarse con la ultraderecha, que lo que quiere es destruir, debilitar y dividir Europa”.
Esta afirmación es totalmente inexacta. Hay muchos votantes del Partido Popular que están situados políticamente hablando en el entorno de la derecha europea y calificarlos sin más como de ultraderecha para mantener a los votantes del PSOE unidos, me parece una afirmación errónea e interesada.
¿Porque si tuviéramos que ordenar políticamente a los que apoyan al presidente y lo mantienen en la Moncloa que habría que hacer?. ¿Se dan cuenta de quién lo apoya y lo que le exigen al presidente para seguir haciéndolo?