La Trampa del socialismo: más Impuestos, más pobreza y pensiones de miseria
José Carlos Enríquez Díaz
El Gobierno de Pedro Sánchez y su querido PSOE han vuelto a hacer de las suyas. Esta vez, su generosa «subida» de las pensiones se ha convertido en un nuevo engaño con letras pequeñas, digno de un trilero de feria. Nos vendieron la idea de que los jubilados recibirían 50 euros más al mes, pero entre subidas de impuestos y trampas fiscales, el aumento real se reduce a un escuálido y miserable 18€. ¡Una limosna indignante que se esfuma con la compra de cuatro productos básicos en el supermercado!
Veamos la trampa. Una viuda que en 2024 cobraba 1.392,48 euros ha visto su pensión «aumentada» a 1.441, una subida de unos 50 euros. Hasta aquí todo parece maravilloso, ¡pero cuidado! Porque el PSOE ha decidido acompañar este supuesto aumento con una subida del IRPF del 6,33% al 7,64%. El resultado: en vez de 50 euros más, la subida real es de solo 18 euros.
¡Bravo, Sánchez! Bajo su mandato, el socialismo ha perfeccionado el arte de dar con una mano y quitar con la otra. Nos anuncian una subida para engañar a la opinión pública, mientras que, por la puerta de atrás, con impuestos encubiertos y aumentos en las retenciones, la dejan reducida a una cantidad ridícula. Mientras tanto, el precio de los alimentos sigue batiendo récords y el Gobierno no hace absolutamente nada por frenarlo. Ir a hacer la compra se ha convertido en un lujo, y lo que antes eran productos básicos ahora parecen artículos de coleccionista. ¡Los jubilados están viendo cómo su poder adquisitivo se desploma mes tras mes mientras el PSOE sigue sacando pecho de su «ayuda» a los más vulnerables! El kilo de pollo se dispara, la leche sube sin freno, y así otros más productos, sus precios ya rozan la locura. Mientras tanto, el Ejecutivo se limita a ofrecer subsidios insuficientes, bonos que no llegan y discursos vacíos.
¡El Estado exprime a los ciudadanos hasta la última gota con impuestos desorbitados y el IVA en productos esenciales sigue sin ser eliminado! Es indignante ver cómo los jubilados, después de una vida entera de trabajo y sacrificio, reciben estas limosnas mientras los políticos disfrutan de privilegios, sueldos desorbitados y pensiones blindadas. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar este saqueo disfrazado de «progreso«? El PSOE, con su hipocresía habitual, sigue vendiendo su relato de justicia social mientras la realidad es que cada año aprietan más la soga sobre las clases medias y bajas.
Los impuestos siguen subiendo, la inflación devora los salarios y las pensiones, y la gente tiene que hacer malabares para llegar a fin de mes. Mientras el Gobierno sigue jugando con las cifras y maquillando datos, la pregunta es clara: ¿hasta cuándo permitiremos que nos sigan robando con su «socialismo» de cartón piedra? Es hora de despertar. Es hora de exigir justicia económica real. Y, sobre todo, es hora de desenmascarar a quienes siguen vendiendo humo mientras vacían los bolsillos de los ciudadanos. La mentira socialista sigue calando en un país donde la propaganda estatal se esfuerza en disfrazar la realidad con cifras manipuladas y discursos grandilocuentes.
Cada año vemos cómo nuevas tasas y tributos se suman a la lista de obligaciones económicas, mientras las promesas de bienestar y equidad quedan en el olvido. La excusa de la justicia social se ha convertido en una herramienta de sometimiento económico, diseñada para mantenernos en un estado de dependencia permanente.
Nos venden como un logro lo que no es más que un espejismo de progreso, mientras que, en la práctica, la calidad de vida sigue deteriorándose. Y mientras el pueblo sufre, la élite política se asegura un futuro dorado con privilegios que ningún ciudadano de a pie podría soñar. Es hora de actuar, de exigir un cambio real, de desenmascarar a quienes han hecho de la política un negocio personal a costa del esfuerzo de millones de trabajadores y pensionistas. No podemos permitir que nos sigan tratando como peones en su tablero de poder.
Es momento de alzar la voz contra esta estafa institucionalizada. Que no nos engañen más: la subida de las pensiones no es más que otra cortina de humo para seguir exprimiendo al pueblo. La situación se agrava cuando vemos que esta política de expolio económico no tiene fin.
Cada día surge un nuevo impuesto, una nueva tasa, una nueva forma de saquear los bolsillos de los ciudadanos mientras se maquillan las cifras oficiales para aparentar estabilidad.
La inflación no es solo un número: es la diferencia entre comer carne una vez a la semana o no poder permitírselo, entre poder pagar la factura de la luz sin miedo o temer cada fin de mes. Los discursos políticos vacíos ya no convencen a nadie. La gente quiere soluciones reales, no promesas incumplidas.