Enrique Barrera Beitia
Desde el pasado 13 de noviembre, el ex-alcalde socialista Ángel Mato ha ofrecido varias ruedas de prensa donde contrapuso la mejora económica de la ciudad con la gestión municipal, manifestando que por ser errática amenaza con desandar el camino de Ferrol hacia un modelo urbano sostenible. Estas declaraciones han provocado réplicas de los partidarios de JM Rey Varela, más centradas en descalificar al emisor del mensaje que en rebatir sus contenidos.
Ferrol crece
La prensa local viene ofreciendo desde el pasado 26 de octubre datos de la Encuesta de Población Activa con los siguientes titulares: “Ferrol alcanza la mayor tasa de actividad de los últimos cinco años”, “Los datos de la EPA señalan que está por encima del 50%…”, “El índice de ocupación es el más alto desde 2009 y el de desempleo el más bajo”, o “La EPA atribuye a Ferrol la tasa de paro más baja de las grandes urbes gallegas: el 6%”. Es verdad que los datos de la EPA no coinciden con los que mensualmente aportan los servicios de empleo, por lo que creo que la población activa ferrolana es de 24.000 personas, de los que 22.000-22.500 personas trabajan, y de ellos, 1.500- 2.000 lo hacen en la economía sumergida, por lo que la tasa real de paro debe estar entre el 6% y el 9%.
Matar al mensajero
Es indiscutible que esta gran mejoría se inició, mal que a muchos les pese, en el momento en que el gobierno de Pedro Sánchez decidió iniciar la construcción de las nuevas fragatas, proyecto clave que el anterior gobierno del PP retuvo en el cajón por intereses espurios del entonces ministro de Defensa.
También es indiscutible que el actual gobierno local ha vivido de las rentas de los proyectos que se encontró en marcha tras las elecciones locales, y que las obligaciones como senador de JM Rey Varela tienen necesariamente que chocar con la dedicación que Ferrol necesita. Ángel Mato también habla del modelo de ciudad sostenible, del retroceso en la peatonalización y de otras cuestiones que podrán ser aceptadas o no en función de las simpatías y fobias de cada persona, porque es evidente que muchos ferrolanos están a favor de reducir los espacios peatonales y las multas, e incluso es posible que vean bien la subida de tasas e impuestos si las imponen los suyos.
El presupuesto para 2025
Cuando escribo estas líneas el pleno municipal ha aprobado un presupuesto para 2025, que además de ratificar la subida de impuestos es casi un calco del actualmente vigente. Es verdad que ha habido incorporaciones a la plantilla municipal incluyendo asesores de libre designación, o que se ha firmado un contrato mejorado para Parques y Jardines, pero su ausencia de novedades reseñables evidencia un grado ejecución muy bajo, es decir, que demasiadas cosas que estaba previsto hacer en 2024 habrá que hacerlas en 2025.
Particularmente me preocupa el apagón informativo del gobierno local sobre el puerto logístico, porque ya
estamos en la recta final del tendido ferroviario entre el puerto exterior y la estación de Ferrol. Esta estructura, que también podemos llamar puerto seco, puede y debe ser un motor de crecimiento económico local siempre que se habilite suelo, y nada de esto aparece en las previsiones del año que viene.