Ferrol en Común y su Odio Ideológico-(José Carlos Enríquez Díaz )

 José Carlos Enríquez Díaz

Esta semana se conocía el acuerdo del Concello de Ferrol con la Diócesis para la custodia de la biblioteca de la poeta sevillana Julia Uceda en el edificio de la Domus Ecclesiae de la ciudad. Ferrol en Común afirma que todos los grupos de la oposición desconocían la decisión y censura que se mezclen el poder civil con el eclesiástico.

“No día de onte [refiriéndose al jueves], unha vez máis sen transparencia nin ningún tipo de comunicación, enterámonos que os fondos de Julia Uceda, cedidos pola familia ao concello, van ser custodiados pola Igrexa”, comunicaron desde Ferrol en Común –FeC–.

El hecho de elegir la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, en lugar de dependencias públicas, consideran que “debe ser superado, e máis cando o Concello dispón de tres bibliotecas municipais, que deberan estar abertas, pero a política de persoal do PP, contratando asesores no canto de persoal administrativo, impídeo”, continuaron desde el partido de la oposición.

En consecuencia, Ferrol en Común solicita que se revierta la situación y que “os fondos cedidos ao Concello se manteñan nun espazo municipal, preferentemente na Biblioteca da praza de España”. Por su parte, el gobierno local sostiene que la biblioteca ferrolana no dispone del espacio suficiente para albergar todas las obras de Uceda y que no correspondería la división de la colección.

Sobre las instalaciones de la Domus Ecclesiae, desde FeC advierten que “se a proposta pasa por manter no tempo a cesión dun edificio municipal en mans da igrexa, como sucede no local de Esteiro no que a diócese pretende construir unha futura biblioteca, esiximos que entón se cobre o IBI por todas as propiedades que a Igrexa non destina ao culto”. 

Así, pues, en el contexto político de Ferrol, las tensiones entre  Ferrol en Común y la Iglesia Católica han alcanzado un punto crítico que parece ir más allá de simples diferencias ideológicas. Liderado por Jorge Suárez, el grupo ha protagonizado una serie de acciones que muchos interpretan como obstáculos deliberados hacia iniciativas relacionadas con la Iglesia. Desde los obstáculos puestos a las conferencias de Xabier Pikaza y Roberto Badenas sobre derechos humanos, hasta las críticas actuales a la custodia de la biblioteca de Julia Uceda por la Iglesia, surgen preguntas importantes: ¿Está este colectivo realmente preocupado por el bien común, o sus decisiones responden a una animosidad personal contra la institución eclesiástica?

Jorge Suárez, cuando estuvo al frente de Ferrol, demostró una incapacidad clara para llevar a cabo proyectos de desarrollo que realmente beneficiaran a la ciudad. Su gestión se caracterizó por el estancamiento, la falta de visión y la ausencia de iniciativas que impulsaran el progreso. Ahora, desde su posición política, se ha convertido en un crítico constante de aquellos que, a pesar de los obstáculos, intentan construir y mejorar la ciudad. Mientras él no logró avanzar en ningún proyecto significativo, aquellos que trabajan por el bien común se encuentran con su obstinada oposición, criticando todo lo que no se ajusta a su agenda ideológica. Su legado como gestor ha sido un desastre, y ahora, en lugar de sumarse al esfuerzo de construir un futuro mejor para Ferrol, se dedica a poner palos en las ruedas de quienes sí están comprometidos con el progreso de la ciudad.

Ferrol en Común se presenta como un colectivo comprometido con la justicia social y la defensa de los derechos ciudadanos. Sin embargo, su trato a la Iglesia sugiere una postura marcadamente ideológica y personalista. La crítica persistente hacia la Iglesia no parece responder a fallos específicos de la institución, sino a una visión sesgada que considera la presencia eclesiástica en la comunidad como una amenaza. La negativa a respaldar eventos como las conferencias de Pikaza y Roberto Badenas, reconocidos académicos en el ámbito de los derechos humanos, sugiere una hostilidad que raya en la intolerancia. Estos eventos, sin duda, han contribuido a enriquecer la vida cultural de Ferrol y brindar espacios de reflexión sobre derechos humanos, un valor que A Ferrol en Común dice defender.

La paradoja es evidente: ¿cómo puede una agrupación que aboga por los derechos humanos obstaculizar a expertos como Pikaza y Roberto Badenas, cuyos estudios profundizan precisamente en este ámbito? En lugar de abrir el diálogo y fomentar un debate enriquecedor para toda la ciudadanía, Ferrol en Común parece más interesado en vetar cualquier iniciativa ligada a la Iglesia. Con esta postura, el colectivo niega a Ferrol la oportunidad de abrirse a discursos que promuevan una mayor comprensión sobre los derechos humanos, y, por ende, obstaculiza el crecimiento cultural de la ciudad.

Tampoco olvidamos los ferrolanos que Jorge Suárez intentó eliminar las ayudas públicas destinadas a la Semana Santa de Ferrol, una celebración emblemática para la ciudad y declarada de Interés Turístico Internacional. Sin embargo, ante la intensa presión de colectivos locales, instituciones y ciudadanos, Suárez se vio forzado a dar marcha atrás en su decisión, cediendo a la polémica generada. Su intento de suprimir el apoyo económico a una de las festividades más importantes de Ferrol provocó un rechazo generalizado que evidenció su desconexión con el sentir popular y la relevancia cultural y económica de esta tradición.

Históricamente, la Iglesia ha jugado un papel fundamental en la vida cultural y social de Ferrol. La comunidad eclesiástica ha gestionado y preservado importantes recursos históricos, como en este caso la biblioteca de Julia Uceda, que representa un tesoro literario de gran valor para la comunidad. Criticar que la Iglesia custodie dicha biblioteca puede interpretarse como un esfuerzo por restarle mérito a su labor cultural, en lugar de valorar que esta institución aporta una infraestructura para preservar el legado literario de Ferrol. Esta actitud confrontacional ignora la contribución positiva de la Iglesia en el ámbito cultural, y, en última instancia, desatiende los intereses de los ciudadanos.

La oposición constante de Jorge Suárez y Ferrol en Común hacia la Iglesia va más allá de la discrepancia ideológica; se percibe una animosidad que afecta negativamente la cohesión social de Ferrol. El bien común implica trabajar en conjunto, independientemente de las diferencias, para fomentar la cultura, la educación y el bienestar de la ciudadanía. Al impedir iniciativas que provienen de la Iglesia, Ferrol en Común priva a la ciudad de Ferrol de espacios valiosos para el diálogo y el entendimiento, lo cual es fundamental para construir una sociedad inclusiva y solidaria.

Es necesario que, como servidores públicos, Suárez y su equipo reconsideren el impacto de sus decisiones. La cultura y los derechos humanos deberían estar por encima de disputas ideológicas o personales, y sus acciones recientes sugieren que sus prioridades están enfocadas en una agenda de oposición más que en la búsqueda de una convivencia armónica en Ferrol.

La decisión de custodiar la biblioteca de Julia Uceda no es un capricho ni un afán de control; es una muestra de su compromiso con el desarrollo cultural y la preservación de la herencia literaria. Al obstruir y cuestionar constantemente el papel de la Iglesia, Ferrol en Común no solo está atacando a una institución, sino también desalentando y restando apoyo a aquellos que trabajan para que Ferrol tenga acceso a actividades culturales y de reflexión.

 

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