Con motivo de la celebración de su décimo aniversario, la red eclesial -integrada por Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC)- considera necesario hacer un balance sobre el camino realizado durante esta década y abordar los desafíos que siguen pendientes en la búsqueda de la justicia social.
Según la Doctrina Social de la Iglesia, cada individuo tiene derecho a un trabajo digno que le permita desarrollarse plenamente como ser humano. Por ello, ITD reivindica que “la dignidad de la persona trabajadora es innegociable y debe estar en el centro de todas las decisiones políticas y económicas”. “Es fundamental que se generen oportunidades de trabajo decente y se protejan y promuevan los derechos laborales, sin excepción. La reducción de la jornada laboral puede ser una de ellas”, señalan en su manifiesto.
Bajo el lema «Por ti, por mí, trabajo decente», la red subraya que la búsqueda del bien común debe ser el objetivo principal del conjunto de la comunidad, pero particularmente de quienes tienen la responsabilidad de articular políticas que garanticen las condiciones esenciales, que permitan a las personas alcanzar una vida digna, una vida buena. Esto incluye garantizar un trabajo decente, acceso a la vivienda y servicios públicos de calidad. En este sentido, los movimientos promotores de ITD también piden al Congreso que haga posible la regularización extraordinaria de personas migrantes.
Siguiendo la encíclica Laudato si del papa Francisco, la red reconoce la importancia de la ecología integral en el ámbito laboral. “Se debe priorizar que las actividades laborales sean sostenibles y respetuosas con el medioambiente. Esto implica promover prácticas responsables que cuiden y preserven nuestra casa común, para las generaciones futuras”, apunta el manifiesto.
Francisco recordó en su discurso a la Cumbre Mundial del Trabajo de 2021 la importancia de la dimensión del cuidado en el trabajo, como una forma de cuidar y dignificar la vida humana. “Esto implica crear entornos laborales con derechos, participativos, seguros y respetuosos, donde se promueva el cuidado integral de todas las personas trabajadoras”, subraya la red en su manifiesto.
Un año más, las diversas entidades de Iglesia que se aglutinan en ITD tienen previsto realizar un gesto que ayude a reflejar la lucha comunitaria por un trabajo digno. La propuesta en esta ocasión es escribir en cajas de cartón los retos personales pendientes en relación al empleo, como, por ejemplo, “seguridad en el trabajo”, “conciliación familiar”, etc.
Posteriormente, cada persona pasará la caja a la que se encuentre más cercana haciendo una cadena. Este “paso de testigo” o “relevo” pretende simbolizar que el trabajo decente es un tesoro que merece la pena ser compartido.
La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) nació en 2014. Tras diez años de andadura, la red tiene muchos motivos para agradecer. “Recordamos con gratitud a todas las personas e instituciones que han contribuido –y contribuyen– a esta causa y nos comprometemos a seguir luchando por la dignidad y el cuidado de las personas trabajadoras”.
DATOS SOBRE LA REALIDAD LABORAL
762 trabajadores muertos, 146 in itinere, en 2023. Datos: Ministerio de Trabajo
2,5 millones de trabajadoras eran pobres (11,9% de las personas trabajadoras. Fuente: (EAPN, 2023)
16,5% de temporalidad, según CC.OO.
11,76% de paro (EPA 2024)
De 475.000 y 514.000 personas trabajadoras migrantes sin derechos. Fuente: ILP
15,8% del PIB Economía sumergida, Fuente: FUNCAS
-9,5% menos de poder adquisitivo desde 2008 al 2022. Fuente CC.OO.