Exitosa presentación de “El Enigma del Libertad” del CN Fernando Bandín, en Ferrol

(María Fidalgo Casares)-Agosto no es precisamente un buen mes para presentar libros en Ferrol y menos si hace – como hizo- un tiempo maravilloso para disfrutar de las playas. Por ello, fue sorprendente, en la tarde de este jueves, día 8, el lleno total del gran salón del Casino Ferrolano para la presentación del libro “El Enigma del Libertad” del capitán de navío Fernando M. Bandín.
Murciano de nacimiento, está casado con una ferrolana de abolengo naval, Isabel Pardo de Donlebún Regalado. De ahí que tras Madrid, con una exitosa presentación el Hotel Alcázar o en la Comandancia Naval de Barcelona, eligiera Ferrol para presentar la obra.

Entre los asistentes, el Almirante Jefe del Arsenal, VA  Ignacio Frutos Ruiz; el capitán de navío José Daniel González-Aller Lacalle, Comandante naval de Sevilla; el coronel médico Juan García Cubillana, miembro de la Real Academia de San Fernando; jefes y oficiales de la Armada; el ferrolano Arsenio Fernández de Mesa; familiares,
amigos, y amantes de la historia se congregaban expectantes.

Un formato entrevista

El libro fue introducido con gran amenidad y cercanía por el vicealmirante ferrolano Nicolás Lapique Martín,  Director de Ingeniería y Construcciones Navales, que comenzó con gracia afirmando que el autor pertenecía probablemente “a la mejor promoción de la escuela naval” y recorrió someramente el currículum de Fernando Bandín, entre ellos de ser Comandante Naval de San Sebastián o jefe de órdenes de la flotilla de Dragaminas. Abordó también su calidad de conferenciante o el haber sido premiado con el “Francisco Moreno” en 2004 y 2024, curiosamente con 20 años de diferencia.

Nicolás Lapique afirmó que los distintos destinos tenían un denominador común que estaban sí o sí en la base de la obra que presentaban: su amor por el mar.
Para Lapique, uno de los grandes puntales de la novela lo constituye su capacidad de enganchar, su ficción e intriga bien desarrollada que empuja al lector a no dejar de leer. Y en lugar de hacer dos intervenciones consecutivas prefirió el formato “entrevista” lo que hizo el acto más dinámico.

El autor comenzó explicando su aproximación al mundo literario, con ciertos antecedentes en su abuelo, sus premios colegiales de redacción y que el libro surgió de una idea primigenia que maduró en dos años. Y ante la lentitud de las editoriales en aprobar su publicación decidió autopublicarse ( fue muy interesante cuando contó el proceso de Amazon para muchos desconocido). Ello le convirtió no solo en escritor sino también en corrector, editor y maquetador. Bromeó con que las editoriales “se habían perdido un gran escritor” y la verdad, revisando las reseñas de Amazon (todas verificadas) todas le dan la máxima puntuación.

Algo muy original en la presentación, fue que huyó de “destripar” el argumento o hacer spoiler, como se dice ahora, para dar – casi- una estupenda conferencia sobre casos señalados de expolio del patrimonio subacuático. Pese a que es un ámbito muy técnico, lo hizo de una forma muy clara y accesible.

 

Argumento y concienciación

El argumento de la novela gira en torno al mundo de los cazatesoros, el enriquecimiento y el valor arqueológico de los hallazgos. Un tema apasionante muy expuesto en películas de Hollywood con galeones hundidos con oro, plata y joyas en sus bodegas y grandes ganancias para quienes los localiza y extrae.

Pero, junto al valor del disfrute de una novela de ficción, el autor proclamó que había una clara intención subyacente: concienciar sobre la necesidad de que todas las naciones acuerden la protección del patrimonio subacuático. Hizo un símil muy gráfico “ Imaginen la idea de un bull-dozer entrando “a saco” en una tumba egipcia y el escándalo que sería. Pues eso es lo que ha sucedido con los pecios españoles”.

Recordó que en 2001 se firmó un gran Convenio de la UNESCO para la protección del Patrimonio Cultural
Subacuático. Un modelo de buenas prácticas que solo han firmado 76 países, pero precisamente los dos países sedes de los más famosos cazatesoros: USA y Gran Bretaña, no lo han firmado.

Pinceladas y ejemplos muy clarificadores

De ahí pasó a hacer una exposición sintética sobre alguno de los ejemplos más llamativos de expolio como el del Galeón San Diego, en Manila hundido en la Isla de la Fortuna en 1600 con 300 tripulantes. Contó cómo en el año 92-93 se extrajo todo el tesoro, sin impunidad ni respeto por el patrimonio arqueológico, ni con las víctimas que fueron dispersadas. Y la paradoja doliente que la información para su hallazgo provino del Archivo general de Indias de Sevilla.

De ahí pasó, entre galernas y litigios, a breves pinceladas de otros hundimientos y hallazgos: el Galeón Atocha y Santa Margarita hundido en costas de Florida, Ntra. Sra. Pura y Limpia Concepción, Fragata Juno, Ntra. Sra. de las Mercedes

Explosión del San José. Ilustración de Samuel Scott
(Museo Marítimo Nacional, Londres)

También sacó a la palestra la actualidad del Galeón San José de 1708 que llevaba una gran suma procedente de recaudación pública, pero también de mercaderes privados. Hundido en aguas de Colombia con 600tripulantes, hoy varios países con distintos argumentos reclaman su posesión: España, Colombia, la empresa Sea Serch que pagó la localización y hasta indios bolivianos que reclaman la posesión del metal.

Dos ideas importantes que transmitió, aparte de la concienciación del patrimonio, fue que uno de los grandes valores de los barcos sumergidos es que a diferencia de yacimientos de tierra -donde se superponen distintas épocas- todo corresponde al mismo período. Y también la realidad del valor ético que también apuntó el VA Lapique: son tumbas de nuestros compatriotas.

También en Galicia 

Fue un detalle que el autor nos acercara la realidad de la infinidad de pecios que subyacen en las aguas gallegas tanto por ser ruta marítima como por la propia configuración del litoral: Rande en Vigo ( el mítico de Julio Verne), Corcubión, Ribadeo, Vivero, Cariño…
Pero también señaló la existencia de veinte submarinos, media centena de aviones, mercantes, lo que acercó al público que el patrimonio subacuático lo tenemos muy cerca.

El autor firmando ejemplares

La novela

Como hemos comentado, la profesión le tira, y habló poco sobre la novela en sí. Aportó que, aunque es pura ficción, sí se basó en un mercante llamado Jalón y en coordenadas históricas reales 1939- posguerra- años 60 y siglo XXI. Y que en ella también se plasma la evolución del buceo en España en el que hubo un antes y un después con la aparición del buceo autónomo. Confesó que lo más complicado había sido plasmar el ambiente bajo el agua.

En resumen, el VA almirante Lapique y el capitán de navío Francisco Bandín consiguieron reunir a un nutrido público que disfrutó de una jornada que fue más allá de una presentación literaria y que animó a los futuros lectores de la novela a acercarse a un mundo tan apasionante como la náutica y tan aventurero como los hallazgos de nuestros pecios. Y eso sí, con rigor, conciencia y por qué no decirlo, con el valor patriótico del respeto a los compatriotas que subyacen en las profundidades del mar

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