José Manuel Rey Varela de profesión:  servir al pueblo…

José Carlos Enríquez Díaz

El hotel Almirante de Ferrol sirvió reciéntemente de escenario para celebrar la “auditoría” que el gobierno local quiso presentar un año después de haber llegado a la Alcaldía ante las personas y entidades con las que habían contado en 2022 para dar forma al programa político que les valió para presentarse a las elecciones. El regidor, José Manuel Rey Varela, y el resto de los ediles populares, participaron en este desayuno que valió tanto para rendir cuentas de lo hecho hasta el momento como para explicar los proyectos en marcha y escuchar las demandas que siguen estando presentes todavía para abordarse en el resto del mandato.

Rey Varela destacó la apertura de las puertas del Palacio Municipal a los ciudadanos, valorando que la gente puede ahora acudir a hablar con los concejales o con él mismo. “Hay que hacer más calle y estar en los despachos tempranito”, animó, reconociendo que no siempre se encuentran soluciones inmediatas; pero recordando también que en este primer año de mandato ha recorrido ya todos los barrios y las parroquias para atender demandas.

Así, pues, Ferrol tiene ahora un gobierno estable, preparado y que lleva trabajando desde el minuto uno. Un gobierno que escucha a los vecinos, que los atiende y trata siempre de solucionar sus problemas, los problemas del día a día. José Manuel destacó la apertura de las puertas del Palacio Municipal a los ciudadanos, valorando que la gente puede ahora acudir a hablar con los concejales o con él mismo, algo que «en otros momentos políticos no ocurría» 

Rey Varela  insistió que “el honor va unido a la responsabilidad” y recordó que se comprometió a informar a los 100 días y al año de la gestión del gobierno de Ferrol. “Me debo a los ferrolanos, me comprometí a hacer un balance de los 100 primeros días y una auditoría, la auditoría del cambio al pasar 12 meses y aquí estoy junto a mi gobierno”.

La escucha activa es una herramienta poderosa y esencial en el ámbito político que no debe ser subestimada. Su aplicación adecuada puede fomentar una democracia más inclusiva y participativa, generando una conexión más sólida entre los líderes políticos y la ciudadanía. Los políticos de hoy deben abrir sus oídos y corazones, mantener una actitud receptiva y abierta, y utilizar la escucha activa como una poderosa aliada para crear un cambio positivo en la sociedad.

Dicen que escuchar es un arte. Y si se hace de forma activa se convierte en virtud. Esta habilidad de la escucha activa es una técnica de comunicación humana que implica mostrar disposición e interés por el que habla y proporcionar respuestas. Pero, lamentablemente, no todas las personas la ponen en práctica, y mucho menos en el ámbito político, donde esta capacidad parece haberse eclipsado.

Tanto la política como la comunicación –y como lógica consecuencia la comunicación política- requieren de actitudes de responsabilidad ciudadana y ética de quienes la protagonizan para habilitar espacios dialógicos en los que pueda emerger la denuncia, se visibilicen los problemas y, quizás, surjan nuevas propuestas mirando a la transformación de la sociedad en que vivimos. Muchas palabras, muchas imágenes y comunicados son huecos, vacíos cuando no surgen de la disponibilidad de habilitar los oídos, la mente y los sentidos para cargar de significación –desde la situación compleja del otro y de la otra -a lo que dice y pronuncia.

Comunicación y política necesitan, se validan y se legitiman desde la escucha. Todo lo que se haga y diga al margen de la escucha como actitud fundante es apenas una pantomima, otra farsa y una reiterada falta de respeto a las personas y, desde el punto de vista ciudadano, otro atentado a la democracia.

Hoy para ser político lo determinante no es solo hablar bien sino escuchar con atención a los votantes.

Afirma Carlos Moedas, alcalde de Lisboa, “soy el símbolo de una nueva forma de hacer política, la gente conecta con mi estilo de hablar menos y escuchar más”. Y es que no le falta razón: si los políticos son los representantes de los ciudadanos, que son los representados, no parece que se enfoquen bien las cosas sí para elegir a los candidatos solo se escuchan las ofertas de los representantes: hay que oír a los votantes-representados y saber lo que quieren. No digo que el político deba gobernar a la vista de las encuestas, sino que hay que ir transformando poco a poco el monólogo del político en un diálogo con la ciudadanía que vota.

Todo esto que termino de exponer es todo lo contrario de quien transitó por Ferrol a «pasito de buey» perdiendo su silla y que además se enorgullecía de aplicar a su política… siempre he pensado que hay muchos alcaldes y alcaldesas que realmente no saben para que están ahí sentados, cuál es el mandato que tienen. Creo que no lo saben porque no le han dedicado lo suficiente, perdidos en la vorágine de conseguir llegar a la alcaldía sin saber muy bien para qué.

Al señor Mato, le faltó modestia, capacidad de asimilación, determinación para observar la realidad. Más que persuadir, da pena. Es maestro en decir lo que conviene con independencia de lo que ha dicho antes o va a decir al día siguiente. Más que sorprender, aburre. Es diestro en colocar una palabra tras otra sin más objetivo que rellenar un discurso con mensajes aparentes que solo oyen quienes están obligados a hacerlo para cumplir con las exigencias del partido. Hombre con ideas confusas, y si un grado de cortesía exige contestar a las preguntas, él se escapa con desprecio. Fluidez, contundencia, elegancia y persuasión no son, ciertamente, sus cualidades.

¡Debería saber que la claridad y la sinceridad es la cortesía de la inteligencia!

 

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Un comentario

  1. Estimado José Manuel, dicen que un hombre sabio es quien sabe escuchar y yo pienso que esa afirmación es correcta. El sabio escucha, razona, asimila y ejecuta. El necio, el mal político, no lo hace, no escucha.
    ¡La verdad es que cuando algo funciona es bueno mantenerlo!