El nubarrón (Gabriel Elorriaga F.)

Gabriel Elorriaga F.Ex diputado y ex senador

La muerte de Constantino Mediavilla, presidente editor de ‘Madridiario‘ y ‘Diariocrítico’ nos recuerda como se pudo hacer periodismo en libertad y dar estabilidad a la prensa digital. Esos que Sánchez llama «tabloides tóxicos» que incomodan a un presidente que no soporta el pluralismo.

Nadie podía imaginar en aquellos años fundacionales de ‘Madridiario’ y ‘Diariocrítico’ que su libre difusión preocupase al poder oficial convertido en «sanchosfera«. Por eso duele de forma aguda esta ausencia en este tiempo de oscura estrategia calculada para prorrogar una estancia en la Moncloa.

Solo han pasado unos días de unas elecciones europeas programadas sin otra orientación que dos cartas putrefactas y amenazas a la independencia judicial y a la libertad de prensa.

La primera carta acompañada de 5 días de meditación y una información inquietante ante el Rey, sabiendo con antelación que Begoña Gómez estaba siendo investigada. La segunda, más informal, para protestar porque los jueces no cumplan la “norma no escrita” de paralizar sus causas en tiempo de elecciones. Un “begoñazo” sentimental para distraer a los aficionados al género epistolar cutre.

Después la presidenta Yolanda Díaz se deprimiría confortablemente en su oprobiosa coalición vacía y el paciente Salvador Illa sopesa atascado el precio de una investidura como chantaje fiscal.

Un plan de gobierno sin presupuestos, con leyes tumbadas o compradas, con grescas diplomáticas, antisemitismo y minas subterráneas contra el Estado de Derecho. Todo vale para mantener alzado el muro de la “Línea Maginot” del progresismo desinflado.

La expansión de escribir cartas putrefactas “al pueblo” alivia un poco la derrota. La resaca negativa tarda un poco más en llegar al malecón de la Moncloa. En Europa se corrige el rumbo en la medida que imponen los resultados. Aquí el Partido Socialista ha patinado junto a sus socios de investidura. Pero la procesión sigue a paso lento.

No hay empate. Sólo prorroga y visitas guiadas a las depuradoras de fango instaladas en la Moncloa. A la justicia se la amenaza en plazo y a la prensa libre en vano. Porque el periodismo es una alegre profesión de personas abiertas al vuelo de las noticias y a detectar los pulsos humanos. La astronomía de lo cotidiano que iluminará las sombras con la luz de la información.

Este es el paisaje que Constantino Mediavilla ya no tendrá que soportar. Desde el balcón intemporal de los espíritus verá como los vientos libres limpian el cielo de España del negro nubarrón que la oscurece temporalmente.

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